
Y yo te observaba se detuvo las horas
En el momento y al instante,
Me gusta plasmar mis vivencias, los momentos más inusitados a través de la escritura, con el fundamento de sellar el pasado y emprender nuevas aventuras.
Amazonas, Sangre de Tierra.
Letra de la autoría de Norma Cecilia Acosta Manzanares.
12 de octubre del 2009.
En aquellos días de conquista y despojo,
las tierras fueron robadas, los pueblos destruidos,
el oro brillaba en manos ajenas,
y la selva, un tesoro, se volvía ceniza.
Nos quitaron todo, dice un anciano,
pero no pudieron llevarse nuestra alma.
Hoy, en la Amazonía, la historia se repite,
con nuevos rostros, nuevas estrategias,
las corporaciones y el Estado,
disfrazan el saqueo de progreso y desarrollo.
Las comunidades indígenas, guardianes de la tierra,
luchan contra leyes que no les protegen,
mientras el eco de sus ancestros resuena,
en cada árbol caído, en cada río envenenado.
La resistencia ha evolucionado,
se organiza, se alza en voz colectiva,
con alianzas que cruzan fronteras,
y luchas que trascienden el tiempo.
Pero la violencia persiste,
los verdaderos defensores son silenciados,
y aunque las políticas cambian en apariencia,
la lucha por la vida sigue siendo la misma.
Así, en el Amazonas, donde el espíritu resiste,
la dignidad florece, el futuro se abraza,
y en cada lágrima, en cada grito,
late un eco de esperanza, un llamado a la verdad.
Título: Fragmentos de mí.
Autor: Norma Cecilia Acosta Manzanares.
País: Venezuela.
Fui una palabra suelta en medio de un párrafo olvidado.
Un relámpago breve que iluminó esquinas cerradas.
Pedazos de cielo,
partículas de sueños,
gestos que se deslizan como arena entre dedos.
Hoy soy eco de aquel trueno,
pedazos de papel que nunca se pegaron.
Miré en los márgenes,
junté palabras en desacuerdo.
Soy contradicción y acuerdo tácito.
Título: Juro y Prometo.
Autor: Norma Cecilia Acosta Manzanares.
País: Venezuela.
Cada noche me juro ser ceniza fría,
pero tu nombre en mi piel revive la porfía.
Pasas en contrasentido, leyenda que no se apaga,
como marea rebelde que mi costa despedaza.
Tus labios de sal dibujan mapas en mi espalda,
huellas que el tiempo borra y el deseo reinstala.
Prometí no nombrarte, no escuchar tu voz en vilo,
pero tu risa es monzón que inunda todo lo que he sido.
Besos que fueron juramentos de una guerra sin victoria,
religión de tactos breves, liturgia de memoria.
Juro olvidar tu aroma, ese vértigo en la yema,
y caigo en tu geografía, frontera que no se quema.
Somos dos imanes rotos, polaridad que se extraña:
tu ausencia me desviste, tu sombra me acompaña.
Y aunque sé que este camino solo lleva al precipicio,
repito la ceremonia... piel, suspiro, artificio.
—Alba de cicatrices que aún piden tu calor—.
Prometo no quererte... y te invento de nuevo en mi interior.
¿QUÉ NO SE HA DICHO? © Todos los derechos reservados Autora: Norma Cecilia Acosta Manzanares País: Venezuela Tema: Día Internacional contra...