
Sin fronteras,
Destrozaré los obstáculos que intenten vencerme,
Ni quien quiebre este ansia
De besarte en cualquier tierra.
Te regalo mi risa y de mis labios,
La savia obstinada del querer;
Nadie torcerá mi caminar seguro:
Quiero tu voluntad, no un amor ajuro.
Paciente e inevitable,
Haré mío tus labios,
Fuego que no se apaga.
Mi entusiasmo arde en tu lindeza,
Coseré tus sueños, robaré tus respiros,
Libro eterno donde vivamos...
Oigo tu corazón clamado por mi amor,
Si nuestras almas prenden en el fervor.
Entonces romperás mi alma al verte,
Tu aliento llano construye
Esta hora inmensa,
Donde nuestro entusiasmo verdece la sabana,
Caminaremos pegados a la vida,
Beberé en tus manos el manantial del querer:
Así nace este amor.
¡No sé qué día llegaré a tu regazo!
¿Mañana? ¿Otra semana?...
Sé que mis pasos van seguros.
Tendré paciencia, cariño mío...
Y si llegas en la noche,
Tu aliento ahuyentará mi frío,
Tus manos tibias dirán que soy amada...
Con tu última postal clavada en mi pecho
— Equipaje único —,
Llegaré.
Al no ver mi reflejo en tu sonrisa,
Lloraré tu teatro de amor.
Arrancaré de mis venas tu aliento
Y de mí... silencio y olvido.
Autoria de Norma Acosta
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