Entradas

Mostrando entradas de enero, 2024

LYSA Y LOS APOCALÍPTICOS

        LYSA Y LOS APOCALÍPTICOS. En la vastedad del cosmos, en un sistema estelar lejano, tres apocalípticos surgieron de las fuerzas primordiales del universo. En los albores del tiempo, cuando las estrellas aún eran jóvenes y el amor fluía como la energía misma que tejía el universo, un acontecimiento oscuro y desconocido sembró la semilla de la discordia. Esta fuerza oscura, ajena al amor que había dado origen a todo, creó a los jinetes del apocalipsis: Ira, Miedo y Culpa. Ira, el primero, emergió de la energía liberada por la colisión cataclísmica de dos estrellas masivas en un remoto rincón del espacio. Miedo surgió en las profundidades de un agujero negro supermasivo, donde las fuerzas gravitacionales distorsionan el espacio-tiempo, infundiendo temor en todos los seres que cruzaban su camino. Culpa tomó forma en el corazón de una nebulosa en la que nacían y morían estrellas, absorbiendo la energía de la redención y el remordimiento que permeaba el espacio interestelar. En medio

LA VIDA

  LA VIDA La vida, maestra de verdades profundas, es como un río que me arrastra con destreza, hasta que entiendo que el amor, la luz, son como estrellas que resplandecen en mi alma. Se ríe de mí, como el viento que acaricia con cariño y rigor, hasta que aprendo a reírme. También, suave como el murmullo de un arroyo, rompiéndome, quebrándome con fervor, hasta que la luz penetra, como el sol que ilumina mi mirada. Enfrenta rebeldes y control, sin tregua, hasta que suelto, dejo fluir como un río desbordado, repite mensajes, con fuerza y con duda, hasta que por fin, decido oír, como el eco que resuena en la montaña. Envía tormentas y rayos, con afán, buscando que despierte al fin, como el trueno que retumba en la noche, humilla, derrota, hasta que, sin vanidad, dejo que mi ego encuentre su fin, como la espuma que se disuelve en el mar. Niega bienes, grandeza, hasta que entiendo, que servir es más noble, más grande, mejor. Corta alas, poda raíces, hasta que comprendo, que volar desde mi se