martes, 10 de diciembre de 2024

Canción Para Arianna

 Canción para Arianna


Hola, hola, ¿qué tal?  

Con una sonrisa, vamos a jugar.  

Dame, dame, un abrazo,  

¡Upa, uuuupaa! ¡Qué gran lazo!


Risas y risas, ¡vamos a reír!  

Arianna toca cosas que no debe, ¡sí!  

Sale corriendo, ¡mira qué veloz!  

Con su risa, ilumina mi voz.


No, no, eso no se toca,  

Pero su risa siempre me provoca.  

Con cada paso, un nuevo juego,  

Arianna, ¡te quiero, te lo ruego!


Risas y risas, ¡vamos a reír!  

Arianna toca cosas que no debe, ¡sí!  

Sale corriendo, ¡mira qué veloz!  

Con su risa, ilumina mi voz.


Autor Norma Cecilia Acosta Manzanares.

Todos los Derechos Reservados.



sábado, 23 de noviembre de 2024

-57 +❤️

 Presentación:


¡Hola a todos!

Hoy le traigo una canción especial que busca reflexionar sobre el poder de las palabras y la responsabilidad de los artistas. En un mundo donde la música tiene un impacto profundo en nuestras vidas, es crucial que promovamos mensajes que inspiren y respeten la dignidad humana. 

-57 + ❤️, una crítica a los promotores de mensajes dañinos y una llamada a la acción para crear letras que eleven y no lastimen. Espero que disfruten y se unan en esta misión de amor y respeto.


                          -57 +❤️


En la calle suena fuerte, pero hay que pensar,  

Las palabras tienen peso, pueden lastimar,  

Promotores de un mensaje que no es real,  

Menos 57 más amor, es lo que hay que dar.


Menos 57 más amor,  

No más letras que causen indignidad,  

Para, para, para, stop,  

Los mejores raikin son los que menos lastiman.


La música es poder, puede transformar,  

No es solo ritmo, es para reflexionar,  

Promotores de un mensaje que no es verdad,  

Menos 57 más amor, es nuestra realidad.


Menos 57 más amor,  

No más letras que causen indignidad,  

Para, para, para, stop,  

Los mejores raikin son los que menos lastiman.


No hay excusa para el mal mensaje,  

La música es arte, no un sabotaje,  

Promovamos siempre lo que es justo,  

Menos 57 más amor, es lo que busco.


Menos 57 más amor,  

No más letras que causen indignidad,  

Para, para, para, stop,  

Los mejores raikin son los que menos lastiman.


Autor Norma Cecilia Acosta Manzanares.

Copr.



domingo, 10 de noviembre de 2024

Reflejos de Plata

 Reflejos de Plata.

Autor Norma Cecilia Acosta Manzanares 


Mi mente no deja de pensar

en la flor temprana del alba,

con melancolía se hermana,

no es fácil de disimular.


Las canas de mi cabellera,

mi juventud se aleja,

en mis recuerdos se queda,

mi corazón late y espera.


A veces se fatiga de amar,

de recibir falsas promesas,

que no alcanzaron las mesas,

más veraces son mis canas.


Plateadas como la espada,

que en la batalla mora,

mi alma siempre implora,

por la paz tan anhelada…





VERDADES DEL CORAZÓN

 Título: Verdades del Corazón


Autor Norma Cecilia Acosta Manzanares.


Inspirado en la entrevista de Cazzu.


Dices que somos adultos, que todo está bien,  

pero hay una niña inocente que no entiende el vaivén.  

Tu sonrisa es un velo que oculta la verdad,  

mientras yo llevo el peso de esta soledad.


Es falso que no hay heridas, que el amor no duele,  

hay un corazón roto que el tiempo no muerde.  

Soy madre y luchadora, no me voy a callar,  

porque hay una bebé en medio, y yo tengo que amar.


Las promesas se rompen, y el eco se siente,  

mientras el mundo gira, yo me quedo valiente.  

No es solo un juego, no es solo pasión,  

hay vidas en juego, hay una razón.


Es falso que no hay heridas, que el amor no duele,  

hay un corazón roto que el tiempo no muerde.  

Soy madre y luchadora, no me voy a callar,  

porque hay una bebé en medio, y yo tengo que amar.


No me hables de adultos, si el dolor es real,  

cada lágrima que cae es un grito de verdad.  

No hay excusas que valgan, no hay forma de ocultar,  

el amor que se pierde, deja huellas al andar.


Es falso que no hay heridas, que el amor no duele,  

hay un corazón roto que el tiempo no muerde.  

Soy madre y luchadora, no me voy a callar,  

porque hay una bebé en medio, y yo tengo que amar.


Así que escucha mi voz, soy el eco del dolor,  

de una madre que lucha, que se aferra al amor.  

No hay palabras vacías, no hay forma de olvidar,  

hay una verdad en mí que no se puede silenciar.




domingo, 27 de octubre de 2024

Ecos de la Guerra

 Ecos de Guerra


En la sombra, cielo desgarrado,

eco de risas, se ha apagado.

Que el abrazo de paz sea más fuerte,

que el amor sea el faro, el único credo.


Sueños en polvo, olvidados,

llanto de niño, llamado.

Ojos de pura inocencia,

mundo de cruel indiferencia.


En la sombra, cielo desgarrado,

eco de risas, se ha apagado.

Que el abrazo de paz sea más fuerte,

que el amor sea el faro, el único credo.


Madres en ruinas, su abrigo,

manos temblorosas, corazón herido.

Cada lágrima, grito silente,

ruego por vida, deseo latente.


En la sombra, cielo desgarrado,

eco de risas, se ha apagado.

Que el abrazo de paz sea más fuerte,

que el amor sea el faro, el único credo.


¡Oh, tierra de sangre y pena!

¿No ves el futuro en la arena?

Niños son flores, deben florecer,

no espinas en campos de ayer.


En la sombra, cielo desgarrado,

eco de risas, se ha apagado.

Que el abrazo de paz sea más fuerte,

que el amor sea el faro, el único credo.


Que el eco de risas vuelva a sonar,

que los niños jueguen, puedan soñar.

Y en cada corazón, en cada mirada,

brille la esperanza, vida anhelada.


Autor: Norma Cecilia Acosta Manzanares.

V10872651

Caracas Venezuela 


martes, 15 de octubre de 2024

BAJO LA LUNA CLARA

 Título: Bajo la Luna Clara.

Autor: Norma Cecilia Acosta Manzanares.

País: Venezuela.

Derechos Reservados.


Tócame el cuerpo,  

despierta mis ganas,  

acaricia mi alma,  

lléname de ti.  


Perdámonos juntos  

bajo la luna clara,  

donde el susurro del viento  

sea nuestro latir.  


En cada roce, un fuego,  

en cada beso, un sueño,  

déjame ser tu universo,  

y tú, mi razón de vivir.  


Siente cómo el deseo  

nos envuelve en su danza,  

déjame ser el eco  

de tu amor sin fin.  


Tócame el cuerpo,  

déjame sentir,  

que en esta conexión,  

solo existimos tú y yo.


MOMENTOS ETERNOS

 Momentos Eterno.

Letra de la autoría de Norma Cecilia Acosta Manzanares.

País: Venezuela.

Derechos Reservados.



Dame un instante, solo un suspiro,  

y dejaré que el silencio hable por mí.  

Un alma herida, que busca abrigo,  

en cada sombra que dejaste aquí.


Quiéreme así, sin miedo a caer,  

como el sol que abraza al amanecer.  

Dime que sí, y perderme en ti,  

como el río que nunca deja de fluir.


Palabras suaves, ecos del ayer,  

susurran sueños que no quiero olvidar.  

Tu risa es música, dulce y sincera,  

un canto eterno que no quiero callar.


Quiéreme así, sin miedo a caer,  

como el sol que abraza al amanecer.  

Dime que sí, y perderme en ti,  

como el río que nunca deja de fluir.


Y si el destino nos quiere separar,  

te llevaré siempre en mi corazón.  

Porque el amor, aunque duela al final,  

es un fuego que nunca se apagará.


Quiéreme así, sin miedo a caer,  

como el sol que abraza al amanecer.  

Dime que sí, y perderme en ti,  

como el río que nunca deja de fluir.


Dame un instante, solo un suspiro,  

y te prometo que siempre estaré aquí.  

Un corazón que late por ti,  

en cada latido, yo vuelvo a vivir.



lunes, 14 de octubre de 2024

Eres mi Todo

 Titulo: Eres Mi Todo.

Autoría de Norma Cecilia Acosta Manzanares.

País: Venezuela.

Derechos Reservados.


En tus ojos veo el sol,

cada día un nuevo amanecer.


Eres mi razón, mi canción,

mi refugio, mi querer.

Dame tu mano, ven aquí,

juntos en este viaje a vivir.


Eres mi todo, mi verdad,

en cada latido, te voy a amar.

Tus sonrisas son mi paz,

cada abrazo, un hogar.


Contigo quiero soñar,

nunca dejar de amar.

Dame tu mano, ven aquí,

juntos en este viaje a vivir.


Eres mi todo, mi verdad,

en cada latido, te voy a amar.

te llevo siempre en mi corazón.

Eres mi todo, mi verdad,

en cada latido, te voy a amar.


sábado, 12 de octubre de 2024

GABRIEL Y LAS TONINAS

 GABRIEL Y LAS TONINAS.


En un pequeño pueblo, donde un río cristalino refleja la alegría de la infancia, "Gabriel y las Toninas" nos invita a explorar la conexión vital entre los seres humanos y la naturaleza. A través de Gabriel, un niño curioso, descubrimos la importancia de cuidar nuestro entorno y el impacto que nuestras acciones pueden tener en el ecosistema.La fascinación de Gabriel por las toninas, delfines de agua dulce, lo lleva a movilizar a sus amigos para proteger su hogar. Esta historia es un recordatorio de que, con determinación y trabajo en equipo, incluso los más pequeños pueden generar un cambio significativo.Sumérgete en esta inspiradora aventura y descubre cómo el amor por la naturaleza puede despertar la conciencia ambiental en todos nosotros.


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Título: Gabriel y las Toninas

Autor: Norma Cecilia Acosta Manzanares.

País: Venezuela.

Derechos Reservados.


En un pequeño pueblo a orillas de un río cristalino, vivía un niño llamado Gabriel. Desde que era muy pequeño, Gabriel había sentido una conexión especial con la naturaleza. Pasaba horas explorando el bosque y observando la vida en el agua. Sin embargo, lo que más le fascinaba eran las toninas, esos delfines de agua dulce que nadaban en el río.


Cada mañana, Gabriel se despertaba temprano para ir al muelle y ver a las toninas saltar y jugar en el agua. Sus risas resonaban en el aire mientras los animales danzaban, creando una sinfonía de alegría. Gabriel soñaba con poder nadar con ellas algún día.


Un día, mientras observaba a las toninas, notó algo preocupante. El agua del río estaba más turbia de lo habitual, y había basura flotando en la superficie. Gabriel se sintió triste y decidió que debía hacer algo al respecto. Recordó las historias que su abuelo le contaba sobre cómo los ríos eran el hogar de muchos seres vivos y que todos tenían un papel importante en el ecosistema.


Esa tarde, Gabriel reunió a sus amigos en el parque. Les habló sobre las toninas y su hogar en el río. "Si no cuidamos el río, las toninas podrían desaparecer", les dijo con preocupación. Sus amigos, emocionados, decidieron ayudarlo. Juntos, planearon una gran limpieza del río.


El fin de semana llegó, y con él, un grupo de niños entusiastas armados con guantes y bolsas de basura. Se dirigieron al río y comenzaron a recoger toda la basura que encontraban. Con cada bolsa llena, Gabriel sentía que estaba haciendo algo importante. Los niños reían y se animaban mutuamente, disfrutando del tiempo juntos mientras cuidaban de su querido río.


Después de varias horas de trabajo, el río brillaba nuevamente. Gabriel se sintió orgulloso de lo que habían logrado. De repente, mientras miraban el agua reluciente, un grupo de toninas apareció, saltando y jugando, como si estuvieran agradecidas por el esfuerzo de los niños. Gabriel sonrió y sintió que su corazón se llenaba de alegría.


A partir de ese día, Gabriel y sus amigos se comprometieron a cuidar el río y a educar a otros sobre la importancia de proteger el medio ambiente. Organizaron limpiezas mensuales y compartieron su historia con el resto del pueblo. Con el tiempo, más personas se unieron a su causa, y el río se convirtió en un lugar limpio y seguro para las toninas y todos los seres que allí habitaban.


Gabriel aprendió que, aunque era solo un niño, podía hacer una gran diferencia. Y cada vez que veía a las toninas saltar en el río, sabía que su esfuerzo valía la pena.


Y aunque el cuento llega a su fin, la misión de cuidar a las toninas apenas comienza, en nuestros corazones y acciones.




A MI TÍA PILI

 MI NIÑA TE ESCRIBE 

A MI TÍA PILI.

En mis memorias, donde las letras danzan como hojas al viento, se encuentra mi tía Pili, la maestra que iluminó mi camino hacia el lenguaje. Su mesa redonda, un refugio de sabiduría, era el escenario donde cada palabra cobraba vida, y yo, una niña curiosa, me sentaba con los ojos llenos de asombro.

Con una paciencia infinita, ella desnudaba el misterio de las palabras, enseñándome que en cada sinónimo y antónimo se escondía un universo por descubrir. Recuerdo su voz suave, como un susurro que acariciaba mis pensamientos, llevándome a explorar la magia de la hipérbole, donde la realidad se transformaba en poesía.

Ella entendía mi silencio, ese que a veces parecía un abismo, y con su amor logró acercarse a mi mundo interior. Con cada lección, me enseñó a plasmar mis emociones en un cuaderno, a dar forma a mis pensamientos, a entender que mi déficit de atención no era una limitación, sino una oportunidad para ver el mundo desde perspectivas únicas.

Hoy, al mirar la foto de mi tía Pili, sonriente y llena de vida, siento que su legado sigue vivo en mí. Cada palabra que escribo es un homenaje a su dedicación, a su capacidad de ver más allá de lo evidente y a su creencia en el poder transformador del lenguaje. Ella fue la brújula que me guió en el vasto océano de las letras, y por siempre le estaré agradecida.

Y así, en este viaje de palabras, surge la figura de mi niña, un reflejo de esa curiosidad que mi tía cultivó en mí. Ella florece como una mariposa de colores vibrantes, su risa un canto de pájaros al amanecer, una melodía que despierta la alegría en cada rincón. Su curiosidad, un río caudaloso, fluye sin cesar, arrastrando preguntas que brotan como flores silvestres, ansiosas por ser respondidas.

Es un alma inquieta, un torbellino de energía que danza entre los sueños y la realidad. Su imaginación, un vasto océano, navega en barcos de papel, surcando mares de fantasía donde los dragones son amigos y las estrellas sus cómplices. En su mente, cada historia es un universo en expansión, donde las palabras son constelaciones que iluminan su camino.

Su corazón, un faro resplandeciente, irradia bondad y ternura. Con una mirada, puede transformar la tristeza en esperanza, como el sol que acaricia la tierra después de la tormenta. Es una exploradora de emociones, capaz de sentir la brisa suave de la felicidad y el peso de la melancolía, todo con la misma intensidad.

A veces, su espíritu es un volcán en erupción, lleno de pasiones que brotan como lava ardiente, desbordando creatividad y entusiasmo. Su risa contagiosa, un eco de alegría, se convierte en un abrazo cálido que envuelve a quienes la rodean, dejando una estela de luz en el aire.

Y aunque a veces su mente vuela como un pájaro libre, distraída por los destellos del mundo, en su interior guarda un profundo océano de reflexión. Cada pensamiento es una perla, brillante y única, que ella cultiva con cuidado, transformando su déficit de atención en una danza de ideas que fluyen como un río de colores.

Así, en este lienzo de recuerdos y emociones, mi niña se convierte en un poema en movimiento, una obra de arte viviente que nos recuerda que la vida es un vasto universo lleno de posibilidades, esperando ser explorado con la misma pasión que mi tía Pili me enseñó a abrazar.


Autor: Norma Cecilia Acosta Manzanares.

12 de Octubre del 2024.


domingo, 29 de septiembre de 2024

LA CIZAÑA Y EL TRIGO

 Introducción a “La Cizaña y el Trigo”


En un rincón del mundo donde la naturaleza despliega su esplendor, se encuentra un vasto campo de trigos dorados. Bajo la cálida caricia del sol, cada espiga se alza con orgullo, formando una comunidad vibrante y llena de vida.

Sin embargo, la paz de este idílico paisaje se ve amenazada cuando una oscura cizaña de Granada irrumpe en la escena, trayendo consigo el caos y la desolación. Lo que sigue es una historia de valentía y resistencia, donde los trigos, inspirados por la fuerza de uno de sus compañeros, deciden unirse y luchar contra la adversidad.

“La Cizaña y el Trigo” es un cuento que nos invita a reflexionar sobre la importancia de la unidad y la esperanza en tiempos difíciles. A través de la lucha de los trigos y la ayuda de las abejas y el viento, descubrimos que incluso en los momentos más oscuros, la comunidad y la determinación pueden transformar el dolor en fuerza y renovación.

Te invito a adentrarte en esta conmovedora historia y a dejarte inspirar por la resiliencia y el espíritu indomable de los trigos dorados. Descubre cómo, juntos, pueden superar cualquier obstáculo y florecer nuevamente bajo la luz del sol.


Norma Cecilia Acosta Manzanares.

LA CIZAÑA Y EL TRIGO.


En un vasto campo de trigos dorados, donde la luz del sol acariciaba cada espiga, la vida florecía en armonía. Los trigos, erguidos y vibrantes, trabajaban en comunidad, entrelazando sus raíces para dar vida a nuevos brotes. Las abejas, con su zumbido alegre, danzaban entre las flores, polinizando con dedicación mientras los trigos se mecía suavemente al compás del viento.El aire fresco traía consigo el susurro de promesas y la fragancia de la tierra fértil. Todo parecía un retrato de paz y prosperidad, hasta que un día, una oscura cizaña de Granada irrumpió en el campo. Su llegada fue como una sombra que se cernía sobre la belleza, transformando la escena en un caos inminente. Comenzó a cortar y a cortar, cizañando sin compasión.Mientras los otros trigos observaban, se llenaron de miedo. ¿Cómo podían sus compañeros ser arrancados así, uno tras otro?

En las tribus, los trigos caían al piso, debilitados y desolados. Sin embargo, en medio de la desesperación, uno de los trigos más fuertes se alzó y dijo:—No podemos dejar que esto nos destruya. Debemos unir nuestras raíces y resistir.

Los demás trigos, inspirados por la valentía de su compañero, comenzaron a murmurar entre sí. La determinación creció en sus corazones, y decidieron que no se dejarían vencer tan fácilmente. Con cada día que pasaba, aunque algunos seguían cayendo, los trigos que quedaban se esforzaban por crecer más altos y más fuertes. Sus espigas, doradas por el sol, brillaban con un nuevo fervor.Las abejas, testigos del sufrimiento, también se unieron a la causa. Polinizaban con mayor fervor, ayudando a que nuevos brotes surgieran entre las sombras de la cizaña. El viento, que antes solo acariciaba suavemente, ahora soplaba con fuerza, llevando consigo las semillas de esperanza y renovando el espíritu de lucha entre los trigos. Con cada corte de la cizaña, los trigos aprendieron a apoyarse unos a otros. Se entrelazaban, formando una red de resistencia que hacía frente al avance implacable de la maleza. Aunque algunos caían, su sacrificio no sería en vano; las raíces de la comunidad se fortalecían y, de cada espiga que se alzaba, brotaban nuevas esperanzas.Con el tiempo, la cizaña, confiada en su poder, comenzó a descuidar su ataque. Los trigos, en cambio, se habían vuelto más astutos y decididos.


Aprovechando su momento, comenzaron a crecer en número y fuerza, llenando los espacios vacíos que la cizaña había dejado atrás.Finalmente, un día, la cizaña, agotada por su propia voracidad, comenzó a retroceder. Los trigos, aunque marcados por la batalla, se mantenían firmes, más fuertes que nunca. La luz del sol brillaba intensamente sobre ellos, y el campo dorado, aunque herido, floreció nuevamente. Cada espiga danzaba al viento, recordando a todos que, incluso en la adversidad, la unión y la resistencia pueden transformar el dolor en fuerza.Así, el campo se convirtió en un símbolo de esperanza y renovación, donde la comunidad de trigos aprendió que, juntos, podían superar cualquier obstáculo. Y mientras el viento seguía soplando, llevándose las historias de lucha y triunfo, los trigos se alzaban orgullosos, listos para enfrentar lo que viniera.


Autor: Norma Cecilia Acosta Manzanares.

Caracas-Venezuela.

14 de julio 2023.


LIBRE.

 LIBRE.

Autor Norma Cecilia Acosta Manzanares.


Despierta, mira el cielo,

azul y blanco anhelo.

Los pájaros, tan libres,

ahí quiero volar.


El sol acaricia mi cara,

siento la magia clara.

Las nubes flotan suaves,

susurran en el viento.


Cielo sobre nosotros,

sueños van a alzarse.

Cielo sobre nosotros,

las estrellas alcanzar.


Luna en la noche brilla,

estrellas guían mi derroche.

Deseo alcanzarlas,

atrapa mis caídas.


Montañas tocan el cielo,

océanos vastos, destello.

Desde el mundo profundo,

secretos brillarán.


VENTANA DE ILUSIÓN.

VENTANA DE ILUSIÓN.

Autoría: Norma Cecilia Acosta Manzanares.

Caracas, 28/09/24.


Me encuentro en este laberinto de pensamientos,

donde las palabras flotan sin rumbo,

como ecos de un diálogo interno que nunca termina.

Las ventanas azules, esas que reflejan imágenes fugaces,

me hacen pensar en lo efímero de lo que percibimos.

¿Y si todo es solo una ilusión,

un juego de luces y sombras

que nunca se detiene?

La poesía implícita,

esa que se susurra entre líneas,

habla de los que dominan,

de los que mueven los hilos

de los fabricados,

cuerpos sin vida atrapados en un ciclo.

Es como si cada verso fuera un grito

que se ahoga en el silencio,

una resistencia que se siente,

pero no se ve.

¿Y qué hay de lo ilícito?

De lo que se oculta bajo la superficie,

de esos sueños que se atreven a desafiar

las normas establecidas.

Es en ese rincón oscuro

donde encuentro la chispa de la autenticidad,

donde la belleza se revela

en las grietas del sistema,

en la lucha de aquellos que se niegan a ser

simples marionetas.

Así, en este diálogo interno,

me pregunto:

¿qué significa realmente ser libre?

Quizás la respuesta está en la poesía,

en esos versos que salen en la penumbra,

desafiando la lógica,

tejiendo sueños en la tela de lo prohibido.

Es un acto de rebeldía,

y en esa rebeldía,

encuentro mi voz.



Yo Despierto

 Yo Despierto


Es difícil despertar sereno,  

cuando en mi frente reposa la tierra,  

mi anhelo, y como escudo firme,  

la verdad que brilla más que el oro.


En el Catatumbo, los rayos me susurran,  

la Amazona revela secretos antiguos,  

y el Salto Ángel, en su descenso,  

me recuerda que la belleza es lucha.


Soy eco en los tepuyes altivos,  

guardianes de historias que el viento acuna,  

mientras el agua fluye,  

purificando las mentiras que intentan sofocar la vida.


El fuego y el agua, inseparables,  

su esencia como el abrazo de un nuevo día,  

donde pasión y pureza se funden,  

y la mentira se desvanece ante los hijos de Dios.


El Ávila se alza, firme y verdadero,  

testigo de lo fugaz y eterno,  

mientras el mono salta entre las ramas,  

seducido por la dulce ilusión del instante.


Pero yo, en mi despertar,  

siento la fuerza de la esperanza,  

una voz que resuena en cada latido,  

un llamado a romper cadenas y abrazar la luz.


En este rincón donde el fuego y el agua danzan,  

la verdad brota, indomable y pura,  

pues en mi pecho, en cada mirada,  

late un mundo que nunca se rinde.


Así, en mi despertar,  

me convierto en eco de lo que fue,  

y en la lucha por lo que debe ser,  

pues la vida, valiente, siempre avanza.


En este despertar, abrazo el eco del mañana,  

donde la vida florece en cada aliento que respiro.


Autor: Norma Cecilia Acosta Manzanares.

Caracas-Venezuela.


Mi Lucha Personal

Cada paso que doy, es una batalla,

contra el miedo que intenta sofocar mi voz,

en un país donde la verdad es peligrosa,

y la libertad, un sueño esquivo.

Mis manos, callosas de tanto luchar,

sostienen la esperanza como un faro,

en noches de incertidumbre y dolor,

donde la represión intenta apagar mi espíritu.

He visto amigos desaparecer en la oscuridad,

sus voces silenciadas por la injusticia,

pero en mi corazón, llevan la llama,

de una lucha que no se detiene, que no se rinde.

El Ávila, con su majestuosidad,

me recuerda que la resistencia es posible,

que en cada roca, en cada árbol,

hay una historia de valentía y perseverancia.

Subo, no solo por mí,

sino por aquellos que no pueden,

por los sueños rotos y las promesas incumplidas,

por un futuro donde la verdad y la justicia prevalezcan.

Desde la cima, veo mi país,

herido pero no vencido,

y en mi corazón, una llama de esperanza,

que arde con la promesa de un nuevo amanecer.


Autor Norma Cecilia Acosta Manzanares.

Caracas - Venezuela.


Ascenso al Ávila

Ascenso al Ávila

Autor: Norma Cecilia Acosta Manzanares.

Caracas- Venezuela.


Subo al Ávila, mi refugio y mi espejo,

con cada paso, el peso de mi patria en mis hombros,

la brisa acaricia mi rostro,

como un susurro de tiempos mejores.

Mis pensamientos, como las nubes,

se arremolinan en el cielo de mi mente,

buscando claridad en medio de la tormenta,

en un país que se desmorona bajo la represión.

El sendero es empinado,

como las luchas diarias de mi gente,

cada roca, cada raíz,

un recordatorio de la resistencia y la esperanza.

Desde la cima, el Ávila me observa,

con ojos antiguos y sabios,

no se deja engañar por promesas vacías,

ve la verdad en la decadencia que nos rodea.

El Ávila, testigo silencioso,

de un país que llora en silencio,

sus laderas guardan historias de lucha,

de un pueblo que no se rinde, que no se doblega.

En mi ascenso, encuentro fuerza,

en la naturaleza indomable,

en la belleza que persiste,

a pesar de la oscuridad que nos envuelve.

El Ávila me habla,

en el lenguaje de los vientos y las hojas,

me dice que la verdad siempre prevalece,

que la justicia, aunque tardía, llegará.

Desde lo alto, veo mi país,

herido pero no vencido,

y en mi corazón, una llama de esperanza,

que arde con la promesa de un nuevo amanecer.


LUCHA

Cada paso que doy, es una batalla,

contra el miedo que intenta sofocar mi voz,

en un país donde la verdad es peligrosa,

y la libertad, un sueño esquivo.

Mis manos, callosas de tanto luchar,

sostienen la esperanza como un faro,

en noches de incertidumbre y dolor,

donde la represión intenta apagar mi espíritu.

He visto amigos desaparecer en la oscuridad,

sus voces silenciadas por la injusticia,

pero en mi corazón, llevan la llama,

de una lucha que no se detiene, que no se rinde.

El Ávila, con su majestuosidad,

me recuerda que la resistencia es posible,

que en cada roca, en cada árbol,

hay una historia de valentía y perseverancia.

Subo, no solo por mí,

sino por aquellos que no pueden,

por los sueños rotos y las promesas incumplidas,

por un futuro donde la verdad y la justicia prevalezcan.

Desde la cima, veo mi país,

herido pero no vencido,

y en mi corazón, una llama de esperanza,

que arde con la promesa de un nuevo amanecer.




sábado, 21 de septiembre de 2024

CUENTO DE CAMINO: CONVERSACIONES EN CADA PASO.

 Conversaciones en Cada Paso


Recuerdo aquel día en el parque como si fuera ayer. Mis Converse desgastadas, que siempre llevaba conmigo, eran más que un simple par de zapatos; eran mis compañeros de aventuras. Cada vez que me los ponía, sentía que estaba listo para explorar el mundo.


Mientras caminaba, el sol brillaba y el aire fresco me envolvía. De repente, vi a una anciana sentada en un banco, mirando al vacío. Intrigado, me acerqué y le dije hola, señora. Le pregunté con quién conversaba. Su sonrisa me sorprendió, y me respondió que conversaba con quien quisiera, porque a veces las mejores conversaciones son las que tenemos con nosotros mismos.


Decidí sentarme a su lado. El silencio nos rodeó por un momento, y entonces le pregunté qué le decía a ella. Sus ojos se iluminaron mientras me contaba que se contaba historias de sus días pasados. Recordaba sus viajes, sus sueños y las personas que conoció. Cada paso que dio, cada par de zapatos que usó, la llevó a un nuevo capítulo.


Me sentí inspirada y compartí con ella mi sueño de ser escritora. Le confesé que a veces sentía que no tenía nada interesante que contar. La anciana me miró fijamente y, con una sabiduría que solo los años pueden dar, me dijo que cada paso que daba con mis Converse era una historia esperando ser contada. La clave estaba en observar y escuchar.


Sus palabras resonaron en mí. Me despedí de ella, y mientras caminaba, empecé a notar todo lo que me rodeaba. En cada esquina había algo nuevo: una pareja riendo, un niño volando una cometa, un artista pintando un mural. Cada escena hablaba, cada conversación dejaba una lección.


Con el tiempo, comencé a escribir sobre esas pequeñas historias. Mis Converse, que antes solo eran zapatos, se convirtieron en símbolos de conexión y descubrimiento. Aprendí que la vida está llena de conversaciones, ya sea con otros o conmigo mismo.


Y así, cada vez que alguien me preguntaba sobre mis zapatos, sonreía y decía que eran Converse. Conversé con el mundo, y el mundo me habló de regreso.


Autora: Norma Cecilia Acosta Manzanares.

Caracas-Venezuela.



miércoles, 21 de agosto de 2024

Quisiera ser un río

 Quisiera ser un río 



Tengo un corazón  

Lleno de sueños y de pasión  

Fuerte corazón  

Que despierta al sentir su libertad  

¡Ay, ay, ay, ay, ay!  

Y este corazón  

Se abre con alegría hacia mi hogar  

Pobre corazón  

Que busca su camino en esta tierra.


Quisiera ser un río  

Para llevar mis penas a la mar  

Y crear corrientes de vida donde quiera,  

¡Oh!, pasar la noche en vela, fluyendo en mí.  

Un río  

Para abrazar de esperanza esta tierra  

Y hacer olas de amor bajo la luna,  

¡Oh!, saciar esta locura, fluyendo en mí.


Canta, corazón  

Con un anhelo inmenso de unidad,  

Sueña, corazón,  

No te ahogues en la sombra, ¡ay, ay, ay, ay!  

Y este corazón  

Se desborda de tristeza ante el dolor.  

Pobre corazón  

Que no encuentra su camino.


Quisiera ser un río  

Para llevar mis penas a la mar  

Y crear corrientes de vida donde quiera,  

¡Oh!, pasar la noche en vela, fluyendo en mí.  

Un río  

Para abrazar de esperanza esta tierra  

Y hacer olas de amor bajo la luna,  

¡Oh!, saciar esta locura, fluyendo en mí.


Una noche, para hallar la libertad,  

Cara a cara, paso a paso,  

Y vivir por siempre fluyendo en mí.  

Quisiera ser un río  

Para llevar mis penas a la mar  

Y crear corrientes de vida donde quiera,  

¡Oh!, pasar la noche en vela, fluyendo en mí.  

Un río  

Para abrazar de esperanza esta tierra  

Y hacer olas de amor bajo la luna,  

¡Oh!, saciar esta locura, fluyendo en mí.


(Para llevar mis penas a la mar)  

(Y crear corrientes de vida donde quiera)  

¡Oh!, pasar la noche en vela, fluyendo en mí.  

Un río  

(Para abrazar de esperanza esta tierra)  

(Y hacer olas de amor bajo la luna)  

¡Oh!, vaciar esta locura, fluyendo en mí.


Autor: Norma Cecilia Acosta Manzanares 

Todos los derechos Reservados


sábado, 27 de julio de 2024

Introspección en la Noche.

 Introspección en la Noche.


En la calma de esta noche,  

me encuentro a solas con mi voz,  

las sombras de mis miedos susurran,  

y el eco de la esperanza es feroz.


Cierro los ojos, respiro hondo,  

siento el latido de mi tierra en mí,  

cada pulso es un recuerdo, un mundo,  

cada suspiro, un clamor por vivir.


Las cadenas que a veces me aprietan,  

son también el fuego que me impulsa,  

la frustración se abraza a la fe,  

y en este vaivén, mi esencia se usa.


Pienso en los rostros de mi gente,  

en sus sonrisas que desafían el mal,  

en su coraje que brilla, resplandeciente,  

y en su fe, una llama que no va a cesar.


Los oscuros pueden intentar callar,  

pero no conocen la fuerza del amor,  

ni el poder que surge al unir,  

ni la luz que brota de cada corazón.


Así, en esta noche profunda,  

me envuelvo en sueños, en anhelos,  

sabiendo que, aunque la noche abunda,  

el amanecer traerá nuevos destellos.


Cada lágrima es un paso, un canto,  

cada herida, una lección que enseña,  

y en el silencio, escucho el encanto  

de un futuro donde la libertad sueña.


Esta noche, me abrazo a la esperanza,  

con la certeza de que el cambio vendrá,  

y aunque el miedo intente asediar,  

la lucha por la vida siempre brillará.


Autoría: Norma Cecilia Acosta Manzanares 

Caracas Venezuela.



domingo, 21 de julio de 2024

SOLILOQUIO DE UN NUEVO AMANECER

 SOLILOQUIO DE UN NUEVO AMANECER.

Fluyo, soy Venezuela,
un cauce de historia que serpentea,
mis tierras reflejan el cielo,
y en cada rincón, un susurro de historias.
Soy la corriente que avanza,
sin prisa, pero sin pausa,
llevando conmigo las memorias,
las risas, las lágrimas,
los sueños que se deslizan como hojas.

En mis profundidades,
habitan los ecos de mis anhelos,
las piedras que he encontrado,
cada una un obstáculo,
pero también un maestro,
que me enseña a sortear,
a adaptarme, a cambiar.

A veces me desbordo,
en tempestades de emociones,
mis tierras turbias se agitan,
la rabia me consume,
como un fuego que arde sin control,
la desesperación me arrastra,
como un remolino que me hunde,
mis montañas golpean el cielo,
rompiendo en mil pedazos,
la furia de una nación desatada.

Pero luego, calma,
un remanso donde la reflexión florece.
Soy el espejo del mundo,
reflejando la luz y la oscuridad,
la serenidad y la tormenta.

Mis llanuras son testigos,
los árboles que me abrazan,
las flores que se asoman,
en este viaje interminable,
donde cada gota cuenta,
donde cada instante es un regalo.

Así, en este fluir constante,
encuentro mi esencia,
soy la tierra que nunca se detiene,
y en mi recorrido,
descubro que la vida es un viaje,
una danza de corrientes,
una sinfonía de cambios,
donde cada curva es una oportunidad,
y cada remanso, un respiro.

Y en cada respiro,
una chispa de esperanza,
un nuevo amanecer,
donde mis tierras se renuevan,
y sigo mi curso,
hacia un horizonte de posibilidades.

Pero en mis profundidades,
donde la luz apenas llega,
se ocultan secretos,
sombras que susurran,
misterios que nunca revelo,
historias que solo yo conozco,
y en cada curva,
una pregunta sin respuesta,
un enigma que flota,
en el silencio de mis tierras.

Y en ese silencio,
una melancolía latente,
un eco de lo que fue,
de lo que pudo ser,
un susurro de tiempos pasados,
que se pierde en la corriente,
dejando solo un rastro,
un enigma sin resolver,
en el corazón de mi patria.

Pero incluso en la melancolía,
una chispa de esperanza brilla,
un nuevo amanecer se vislumbra,
donde mis tierras se renuevan,
y sigo mi curso,
hacia un horizonte de posibilidades,
donde cada misterio,
cada enigma,
es una promesa de lo que vendrá.


Autora: Norma Cecilia Acosta Manzanares 

¿QUÉ NO SE HA DICHO? ©

 ¿QUÉ NO SE HA DICHO? © Todos los derechos reservados Autora: Norma Cecilia Acosta Manzanares País: Venezuela Tema: Día Internacional contra...