LA AUTOPISTA DE DANTE

 La Autopista de Dante

Arranco mi auto, frustrada y cansada,

enredada en el tráfico interminable,

maldigo los baches y los carriles cerrados,

este es mi Infierno, mi purgatorio inevitable.

Atrapada en el infierno de la autopista,

avanzo lentamente, como una condena,

rodeada de otros conductores irritables,

cada semáforo rojo, un círculo del Hades.

Pero veo una luz al final del camino,

una rampa que sube, un atisbo de esperanza,

acelero con fe, dejando atrás el tormento,

ascendiendo al purgatorio, purgando mi impaciencia.

Subiendo al purgatorio de la autopista,

avanzo con esfuerzo, como una penitente,

superando obstáculos, controlando mi ira,

cada curva, una prueba que debo vencer.

Y al fin, la gloria, la autopista despejada,

un horizonte libre, sin límites ni trabas,

conduzco con alegría, como un alma salvada

llegando al paraíso, la carretera anhelada.

Alcanzando el paraíso de la autopista,

avanzo con gracia, libre y liberada,

disfrutando el viaje, sin más contratiempos,

este es el premio, la recompensa merecida.

Autor: Norma Cecilia Acosta Manzanares 

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