A TI MI REFUGIO
A Ti, Mi Refugio
Oh, Dios, al despertar y no hallarte,
siento que parte de mí se desvanece.
Las palabras se enredan en mi garganta,
el alma y el cuerpo se retuercen,
como un eco de la vida misma.
En este vaivén de lo humano,
donde la tristeza y la alegría se entrelazan,
me aferro a ti, mi refugio eterno,
en la danza de lo incomprensible.
Tu imagen es mi recuerdo sagrado,
el tiempo compartido, un tesoro inmenso.
pero el dolor aprieta mi alma,
y me resigno a vivir sin tenerte físicamente.
Así es el destino, así es la vida,
nos brinda momentos de dicha y tristeza.
Nadie escapa de esta dualidad,
pero en ti hallo consuelo y esperanza.
¿Cuánto duele vivir sin alguien?
Cuando se nos arrebata la esperanza,
busco en ti, Dios, mi refugio constante,
y digo "amén" a la vida, a la fe.
Autor: Norma Cecilia Acosta Manzanares.
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