Entradas

Mostrando entradas de septiembre, 2024

LA CIZAÑA Y EL TRIGO

 Introducción a “La Cizaña y el Trigo” En un rincón del mundo donde la naturaleza despliega su esplendor, se encuentra un vasto campo de trigos dorados. Bajo la cálida caricia del sol, cada espiga se alza con orgullo, formando una comunidad vibrante y llena de vida. Sin embargo, la paz de este idílico paisaje se ve amenazada cuando una oscura cizaña de Granada irrumpe en la escena, trayendo consigo el caos y la desolación. Lo que sigue es una historia de valentía y resistencia, donde los trigos, inspirados por la fuerza de uno de sus compañeros, deciden unirse y luchar contra la adversidad. “La Cizaña y el Trigo” es un cuento que nos invita a reflexionar sobre la importancia de la unidad y la esperanza en tiempos difíciles. A través de la lucha de los trigos y la ayuda de las abejas y el viento, descubrimos que incluso en los momentos más oscuros, la comunidad y la determinación pueden transformar el dolor en fuerza y renovación. Te invito a adentrarte en esta conmovedora historia y a

LIBRE.

 LIBRE. Autor Norma Cecilia Acosta Manzanares. Despierta, mira el cielo, azul y blanco anhelo. Los pájaros, tan libres, ahí quiero volar. El sol acaricia mi cara, siento la magia clara. Las nubes flotan suaves, susurran en el viento. Cielo sobre nosotros, sueños van a alzarse. Cielo sobre nosotros, las estrellas alcanzar. Luna en la noche brilla, estrellas guían mi derroche. Deseo alcanzarlas, atrapa mis caídas. Montañas tocan el cielo, océanos vastos, destello. Desde el mundo profundo, secretos brillarán.

VENTANA DE ILUSIÓN.

VENTANA DE ILUSIÓN. Autoría: Norma Cecilia Acosta Manzanares. Caracas, 28/09/24. Me encuentro en este laberinto de pensamientos, donde las palabras flotan sin rumbo, como ecos de un diálogo interno que nunca termina. Las ventanas azules, esas que reflejan imágenes fugaces, me hacen pensar en lo efímero de lo que percibimos. ¿Y si todo es solo una ilusión, un juego de luces y sombras que nunca se detiene? La poesía implícita, esa que se susurra entre líneas, habla de los que dominan, de los que mueven los hilos de los fabricados, cuerpos sin vida atrapados en un ciclo. Es como si cada verso fuera un grito que se ahoga en el silencio, una resistencia que se siente, pero no se ve. ¿Y qué hay de lo ilícito? De lo que se oculta bajo la superficie, de esos sueños que se atreven a desafiar las normas establecidas. Es en ese rincón oscuro donde encuentro la chispa de la autenticidad, donde la belleza se revela en las grietas del sistema, en la lucha de aquellos que se niegan a ser simples mari

Yo Despierto

 Yo Despierto Es difícil despertar sereno,   cuando en mi frente reposa la tierra,   mi anhelo, y como escudo firme,   la verdad que brilla más que el oro. En el Catatumbo, los rayos me susurran,   la Amazona revela secretos antiguos,   y el Salto Ángel, en su descenso,   me recuerda que la belleza es lucha. Soy eco en los tepuyes altivos,   guardianes de historias que el viento acuna,   mientras el agua fluye,   purificando las mentiras que intentan sofocar la vida. El fuego y el agua, inseparables,   su esencia como el abrazo de un nuevo día,   donde pasión y pureza se funden,   y la mentira se desvanece ante los hijos de Dios. El Ávila se alza, firme y verdadero,   testigo de lo fugaz y eterno,   mientras el mono salta entre las ramas,   seducido por la dulce ilusión del instante. Pero yo, en mi despertar,   siento la fuerza de la esperanza,   una voz que resuena en cada latido,   un llamado a romper cadenas y abrazar la luz. En este rincón donde el fuego y el agua danzan,   la verd

Mi Lucha Personal

Cada paso que doy, es una batalla, contra el miedo que intenta sofocar mi voz, en un país donde la verdad es peligrosa, y la libertad, un sueño esquivo. Mis manos, callosas de tanto luchar, sostienen la esperanza como un faro, en noches de incertidumbre y dolor, donde la represión intenta apagar mi espíritu. He visto amigos desaparecer en la oscuridad, sus voces silenciadas por la injusticia, pero en mi corazón, llevan la llama, de una lucha que no se detiene, que no se rinde. El Ávila, con su majestuosidad, me recuerda que la resistencia es posible, que en cada roca, en cada árbol, hay una historia de valentía y perseverancia. Subo, no solo por mí, sino por aquellos que no pueden, por los sueños rotos y las promesas incumplidas, por un futuro donde la verdad y la justicia prevalezcan. Desde la cima, veo mi país, herido pero no vencido, y en mi corazón, una llama de esperanza, que arde con la promesa de un nuevo amanecer. Autor Norma Cecilia Acosta Manzanares. Caracas - Venezuela.

Ascenso al Ávila

Ascenso al Ávila Autor: Norma Cecilia Acosta Manzanares. Caracas- Venezuela. Subo al Ávila, mi refugio y mi espejo, con cada paso, el peso de mi patria en mis hombros, la brisa acaricia mi rostro, como un susurro de tiempos mejores. Mis pensamientos, como las nubes, se arremolinan en el cielo de mi mente, buscando claridad en medio de la tormenta, en un país que se desmorona bajo la represión. El sendero es empinado, como las luchas diarias de mi gente, cada roca, cada raíz, un recordatorio de la resistencia y la esperanza. Desde la cima, el Ávila me observa, con ojos antiguos y sabios, no se deja engañar por promesas vacías, ve la verdad en la decadencia que nos rodea. El Ávila, testigo silencioso, de un país que llora en silencio, sus laderas guardan historias de lucha, de un pueblo que no se rinde, que no se doblega. En mi ascenso, encuentro fuerza, en la naturaleza indomable, en la belleza que persiste, a pesar de la oscuridad que nos envuelve. El Ávila me habla, en el lenguaje de

CUENTO DE CAMINO: CONVERSACIONES EN CADA PASO.

 Conversaciones en Cada Paso Recuerdo aquel día en el parque como si fuera ayer. Mis Converse desgastadas, que siempre llevaba conmigo, eran más que un simple par de zapatos; eran mis compañeros de aventuras. Cada vez que me los ponía, sentía que estaba listo para explorar el mundo. Mientras caminaba, el sol brillaba y el aire fresco me envolvía. De repente, vi a una anciana sentada en un banco, mirando al vacío. Intrigado, me acerqué y le dije hola, señora. Le pregunté con quién conversaba. Su sonrisa me sorprendió, y me respondió que conversaba con quien quisiera, porque a veces las mejores conversaciones son las que tenemos con nosotros mismos. Decidí sentarme a su lado. El silencio nos rodeó por un momento, y entonces le pregunté qué le decía a ella. Sus ojos se iluminaron mientras me contaba que se contaba historias de sus días pasados. Recordaba sus viajes, sus sueños y las personas que conoció. Cada paso que dio, cada par de zapatos que usó, la llevó a un nuevo capítulo. Me sent