GUAYOYO.
Guayoyo eras de humo encaje,
con la taza te llevaba,
por su oreja la agarraba,
para beber su brebaje.
Un café de rico aguaje,
con gusto lo deleitaba,
de a poco me lo tomaba,
hablando el mismo lenguaje.
Ahora tengo nostalgia,
de su remanso olor suave,
al vuelo el ruiseñor sabe.
El devenir de su magia,
a mi pecho mal presagia,
se miga como el casabe.
Autor: Norma Cecilia Acosta Manzanares.
Caracas 23 de febrero del 2016.
D/r.
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