EN EL METRO



UN CUENTO DE CAMINO.

PARTE I.

EN EL METRO.

En un mundo lleno de formas infinitas y colores repentinos, la sociedad vivía lidiando con la escasez mental, limitada por enseñanzas restrictivas. Un día, escuché una voz sorprendida exclamar: "¡Cómo has cambiado!". No sé si fue un espectro que me envolvió o si mis ojos estaban encantados por el paso del tiempo; sin embargo, mis párpados han vivido una cinematografía propia, convulsionando en cada tormenta de luces y dejando una combustión nostálgica que me asombraba.

Entre mis recuerdos, se agitaban los estantes abarrotados de vivencias pasadas, recordándome un desodorante cuyo aroma se grabó en mi memoria. Parecía que solo quedaba una comisura entre mis párpados, testigo de mis sueños.

Un día, presencié algo maravilloso en medio de una sociedad distraída: una ola de personas sudorosas celebraban sus victorias en el maratón de la sudoración, llenos de alegría. Después de tanto ejercicio, la moral y los perjuicios parecían desvanecerse. Nunca había visto tantas axilas radiantes de felicidad, evitando el olor desagradable de la rutinaria esfera del recordado desodorante. Pero algo aún más impactante ocurrió cuando presencié a un hombre invadir el espacio personal de una mujer, poniendo su nariz en sus axilas y su mano en su figura arquitectónica.

Aunque nadie podía detener sus acciones, la mujer se sintió avergonzada y salió del vagón sin decir palabra. Los demás pasajeros, atentos a la escena, ansiaban escuchar las noticias sobre tan afamado acontecimiento cosmopolita. Sin embargo, el metro siguió su camino y se anunció: "Se ruega a los señores usuarios que hayan encontrado el carnet de la señora Tetis, por favor, devolverlo".

La consternación invadió a todos al darse cuenta de que la crisis generada por los desodorantes y el hallazgo del carnet de Tetis eran imaginarios. Habíamos caído en una trampa ficticia creada por nuestras mentes. A pesar de vivir en una sociedad marcada por la escasez mental, siempre había alguien que lograba sorprendernos, recordándonos que estábamos limitados por nuestras propias creencias.


Analisis:

El cuento mantiene su enfoque en la escasez mental y la sociedad limitada por enseñanzas restrictivas. A través de la narración, se exploran temáticas como la transformación personal, la obsesión por objetivos superficiales y la dificultad de distinguir la realidad de la ficción.

La historia comienza destacando la transformación del protagonista, quien despierta asombro y admiración en los demás. Esto sugiere la necesidad de evolucionar y romper con las limitaciones impuestas por la sociedad.

Luego, se presenta una crítica hacia la obsesión de la sociedad por logros superficiales, simbolizada en el maratón de la sudoración y los trofeos obtenidos. Esta crítica refleja la búsqueda de la gratificación instantánea y el deseo de destacar, independientemente de las consecuencias o de los límites que se cruzan en el proceso.

La escena en la que un hombre invade el espacio personal de una mujer resalta la falta de respeto en pos de la satisfacción personal. Este episodio expone cómo los individuos pueden descuidar los límites y las normas sociales en su búsqueda de gratificación, incluso llevando a situaciones incómodas y avergonzantes.

La revelación de que la crisis generada por los desodorantes y el carnet de Tetis son imaginarios, pone de manifiesto la capacidad de la mente humana para construir realidades paralelas y perdernos en ellas. Esto nos lleva a reflexionar sobre la importancia de distinguir entre lo imaginario y la realidad, y cómo nuestras creencias y percepciones pueden afectar nuestra forma de ver el mundo.

En general, el cuento plantea la necesidad de superar las limitaciones mentales impuestas por la sociedad, de no obsesionarse con metas superficiales y de mantenernos conectados con la realidad. Nos invita a cuestionar nuestras propias creencias y percepciones, buscando trascender y alcanzar nuestro potencial máximo. Es una llamada a despertar y a estar conscientes de nuestras acciones y cómo estas pueden impactar en nuestro entorno y en nuestra propia felicidad.



Autor: Norma Cecilia Acosta Manzanares.
Caracas - Venezuela.

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