domingo, 17 de diciembre de 2023

Gracias

 En la vía, donde los motores rugen con emoción,

se alzan los gaviones, como versos en una canción.

Piedras con asimetría, como sílabas que riman,

se unen con arte y precisión, en un trabajo que fascina.


El albañil, poeta hábil, coloca cada piedra con esmero,

buscando la armonía perfecta, como un verso sincero.

El sonido de motores, estruendoso rugir en la vía,

se mezcla con el sol cálido, en armonía.


Las piedras, poesía en sí, de diferentes tamaños,

se entrelazan con ritmo, creando paisajes extraños.

La tierra húmeda, aroma fresco y terroso,

y las plantas crecen alrededor, verdes y hermosas.


El reflejo del sol en las piedras brilla con esplendor,

creando paisajes firmes, con un encanto seductor.

La luz dorada se filtra entre las piedras, con destellos,

mientras las plantas danzan alrededor, como enredaderas en anhelos.


El poeta y el albañil, en su labor meticulosa,

crean belleza con precisión, en cada cosa.

Así, la naturaleza se funde con la mano del hombre,

y la bendición de Dios se refleja en cada escombro.


Con piedras de asimetría y métricas poéticas,

crean paisajes firmes, con belleza auténtica.

Donde la gracia de la naturaleza se funde con el hombre,

los gaviones se erigen como versos eternos, en un poema con tu nombre.

Autor: Norma Cecilia Acosta Manzanares

EL BAILE DE LOS NÚMEROS

Verso 1

Uno, dos, tres, cuentas conmigo,

los números amigos, siempre están conmigo.

Cuatro, cinco, seis, van de paseo,

en el mundo mágico, donde todo es bueno.


Coro

Los números bailan, en una ronda sin fin,

jugando y riendo, son un gran festín.

Del uno al diez, vamos a contar,

los números amigos, nos van a enseñar.


Verso 2

Siete, ocho, nueve, en fila marchando,

sumando y restando, van practicando.

Diez es el número que cierra la fiesta,

los números amigos, son nuestra gran orquesta.


Coro

Los números bailan, en una ronda sin fin,

jugando y riendo, son un gran festín.

Del uno al diez, vamos a contar,

los números amigos, nos van a enseñar.


Autor: Norma Cecilia Acosta Manzanares 

domingo, 3 de diciembre de 2023

Versos Resilentes

VERSOS RESILIENTES 


En el abismo de mi ser tembloroso,

la fortaleza se esconde, asustada,

y mi mundo se desmorona, doloroso,

cual castillo de arena, desolada.


El viento, un suspiro, me acaricia el rostro,

susurra secretos ancestrales al oído,

y en cada ráfaga, encuentro un rastro,

de esperanza tejida con hilos de olvido.


El pecho, un tambor, tucun tucun resuena,

latido vibrante de angustia y pesar,

mis piernas, débiles, vacilan, se desvelan,

y mis manos tiemblan, sin poderse calmar.


Mis ojos, cual faros perdidos en la niebla,

ven la sombra del miedo, más se ciegan,

y mis amígdalas, inflamadas, se rebelan,

susurran ansiedades que mi mente no sosiegan.


Aunque por fuera, mi cuerpo es roble erguido,

internamente, el fragor de la tormenta,

enfrento mis miedos, ocultos y escondidos,

en un duelo eterno de lucha y afrenta.


Soy un poema en versos de incertidumbre,

donde la metáfora abraza mi desvelo,

personifico al miedo, su rostro difumbe,

y en cada palabra, mi alma encuentra consuelo.


Mis lágrimas, versos líquidos que fluyen,

enriquecen la prosa de mi existencia,

como hipérboles que el dolor diluyen,

y oxímoron que atisba la esperanza.


Soy un arte en la mezcla de figuras literarias,

donde las metáforas danzan sin cesar,

personificando al miedo, su rostro desvanece,

y en cada palabra, mi alma encuentra consuelo.


Aunque el miedo me aceche, soy un poema vivo,

en cada estrofa encuentro valor y coraje,

y con cada palabra, mi espíritu se eleva,

desafiando al abismo, desafiando al ultraje.


En el torbellino de emociones que me envuelve,

reafirmo mi fuerza, mi esencia en combate,

soy la poesía que a la oscuridad se atreve,

y en susurros de versos, mi miedo se deshace.


AUTOR: NORMA CECILIA ACOSTA MANZANARES 

CARACAS-VENEZUELA 

D/R 

viernes, 24 de noviembre de 2023

La Jirafa

 "La Jirafa":


La jirafa alta, alta, alta,

con su cuello largo, largo, largo,

pasea despacito, cito, cito,

por la selva, llena de encanto.


Come hojas verdes, verdes, verdes,

con su lengua larga, larga, larga,

salta y corre muy contenta,

es tan bella mi jirafa.


Autor: Norma Cecilia Acosta Manzanares 

Canción La Jirafa


miércoles, 22 de noviembre de 2023

A CANSERBERO

 A Canserbero:


En un rincón oscuro, la verdad se esconde,

mataron al mensajero, pero su mensaje responde.

un cantante de rápido ritmo y palabras certeras,

silenciado por aquellos que temen sus verdades sinceras.


En sus versos incómodos, heridas se abrían,

pues la realidad dolía y a muchos sorprendía.

CAN, valiente en su voz, alzaba su canto,

denunciando injusticias con su valioso encanto.


La verdad no se calla, aunque el mensajero muera,

sus palabras perduran, despiertan y generan quimera,

porque en cada estrofa, la voz de CAN se alaba,

desnudando realidades que a otros les incomodaban.


En el eco de sus rimas, la valentía se eleva,

aquellos que temen, encuentran en él su prueba,

Porque la verdad es un eco que no se puede callar,

aunque aquellos poderosos quieran silenciar.


Mataron al mensajero, pero su mensaje persiste,

en cada corazón que escucha y asiste.

El antipoema resuena en la memoria colectiva,

la verdad siempre prevalece, aunque sea subversiva.


AUTORIA: NORMA CECILIA ACOSTA MANZANARES. 

CARACAS - VENEZUELA

jueves, 19 de octubre de 2023

LA SOMBRA DE LA GUERRA

Había una vez un niño llamado Miguel, cuyos ojos brillaban con la curiosidad y la alegría de vivir en una pequeña aldea en medio de la exuberante selva. Desde temprana edad, Miguel había aprendido a amar la naturaleza y encontraba su mayor felicidad explorando el bosque y jugando con sus amigos. Cada día, se aventuraba entre los árboles, maravillándose con los colores vibrantes de las flores y los cantos melodiosos de los pájaros.
Un día soleado, mientras se encontraba sumergido en una emocionante partida de escondite con sus amigos, un estruendo ensordecedor resonó en el aire. El corazón de Miguel se aceleró y un escalofrío recorrió su espalda. Sin pensarlo dos veces, corrió hacia la ventana de su humilde casa y se asomó con temor. Sus ojos se abrieron desmesuradamente al contemplar una gran explosión en la distancia. El horizonte se iluminó con un resplandor naranja y el estruendo sacudió las ventanas de su hogar, dejando escapar un gemido lastimero.
La habitación de Miguel, antes un refugio tranquilo, ahora estaba en completo desorden. Los libros y papeles que solían adornar su escritorio yacían esparcidos por el suelo. La ventana se encontraba rota y las cortinas, rasgadas, dejaban pasar la brisa cálida de la tarde. Miguel comprendió con tristeza que la explosión había alcanzado su hogar, como una sombra siniestra que se adueñaba de su paz.
A medida que los días se sucedieron, Miguel buscó respuestas y descubrió que aquella explosión era el resultado de una cruel guerra entre dos países vecinos. Las noticias eran desoladoras: muchas personas habían perdido la vida, otras habían resultado heridas y numerosas familias habían sido desplazadas de sus hogares. El dolor y la angustia se extendían como una sombra oscura sobre la selva que Miguel amaba tanto.
La tristeza y la indignación se apoderaron del corazón de Miguel mientras contemplaba cómo la violencia había afectado a tantas personas inocentes. En las noches, mientas el cielo estrellado se alzaba sobre él, Miguel reflexionaba sobre el sufrimiento que la guerra había infligido a su aldea y a otros lugares lejanos. No podía quedarse de brazos cruzados, sintiendo impotencia. Decidió que, a su manera, haría la diferencia.
Despertó cada mañana con determinación en sus ojos y una sonrisa en los labios. Buscó formas de ayudar a su comunidad, recolectando alimentos y ropa para aquellos que habían perdido todo. Organizó actividades divertidas y creativas para los niños de la aldea, tratando de traer un rayo de esperanza en medio de la oscuridad. Además, compartió con ellos la importancia de la paz y el respeto, hablando desde su corazón y transmitiendo un mensaje de unidad y compasión.
El espíritu de Miguel se convirtió en una chispa de inspiración para aquellos que lo rodeaban. Poco a poco, la aldea comenzó a sanar, a levantarse ante la adversidad y a cultivar un sentimiento de solidaridad que trascendía las fronteras de la selva. Aunque el camino hacia la paz era largo y arduo, Miguel sabía que su pequeña aldea podía ser un ejemplo para el mundo.
La moraleja de esta historia resonaba en cada rincón de la selva: la violencia y la guerra tienen un impacto devastador en los niños y en su entorno. Los niños, seres inocentes y vulnerables, merecen vivir en un mundo lleno de amor y comprensión, donde sus risas no sean silenciadas por el estruendo de la destrucción. Miguel nos recordó que cada uno de nosotros tiene el poder de generar un cambio positivo, de sembrar semillas de paz y de proteger a los más vulnerables en nuestra sociedad.
Autor: Norma Cecilia Acosta Manzanares 
Caracas-Venezuela.

domingo, 15 de octubre de 2023

LA CHICA DEL ZAPATO ESCARLATA

 En un rincón de la biblioteca, Indira encontró un libro abandonado que entre sus páginas amarillentas guardaban una foto, era una hermosa mujer con zapato escarlata. Ella quedó fascinada y regresó con su propio zapato de esa tonalidad. Sueños y amores olvidados le rodean. ¿Quién era la chica de la foto? ¿Qué le sucedió? La biblioteca e Indira se entrelazaron y se transformaron en una única historia. Ella ahora se convirtió en un libro olvidado con una foto monocromática. Las respuestas escapan. El destino la consume entre susurros de páginas, Indira desaparece, convertida en un epitafio en papel.


Microrelato 

Autor: Norma Cecilia Acosta Manzanares 

Caracas-Venezuela.

Peor que La Guerra Es La Falsa Paz.



Peor que La Guerra Es La Falsa Paz.


En la paz mutilada, la indolencia se oculta,

¡Menudo chiste! ¿La guerra opuesta? ¡La apatía!

Un remedio falso, que no responde ni insulta,

¡Vaya timo! Falsa alegría, pura porquería.


La paz defectuosa, cual serpiente traicionera,

¡Ja! Espera agazapada, siempre dispuesta a morder,

Te duermes confiado, sin saber lo que te espera,

¡Zas! ¡Te clava el colmillo! Sin avisar, sin ceder.


Dicen que la paz es flotar en aguas tranquilas,

¡Qué mentira! La corriente es turbulenta y desquicia,

Conflictos y desigualdades, ¡vaya maravilla!,

Una farsa engañosa, que nos joroba y nos fastidia.


Rompe la indiferencia, desafía la omisión,

La paz es más que una noción, más que ausencia,

¡Vamos! Luchemos por justicia y construcción,

Un mundo donde reine igualdad y presencia.


En este lío enredado, no hay que ser ingenuos,

La comunidad internacional, ¡qué espectáculo!,

Promesas vacías, pura fachada y embuste,

¡Qué show más absurdo! Un circo sin sentido.


Autor: Norma Cecilia Acosta Manzanares 

Caracas-Venezuela.

sábado, 7 de octubre de 2023

TOS

 

TOS


En el invierno lluvioso, la tos me abraza y empapa,

es una canción desafinada y mi tristeza atrapa.

La tos, remolino de sonidos que desencadena,

inclemente compañera, sin tregua me atormenta.


Cada carraspera desvanece mi voz, dolor sin tregua,

Pero en ella encuentro poesía, mi alma se enternece.

La tos es música, un golpe roto que me desvía,

estornudo y carraspera brotan con melodía.


Seca o húmeda, recuerda la complicada vida,

destella la euforia, matices compartidos.

Acepto la tos, parte inseparable de mi voz,

en cada esputo hallo creatividad con fervor.


Por eso estoy, tosiendo antipoesia, garganta en disonancia,

se trata del espectro de la creación de su asimetría,

Como un oso invernal que ruge en el viento,

sonido torrente, despierta las almas, al violento reto de silencio.


Plasmarlos me relaja y me hace sentir viva,

remedios para la tos, bálsamo de voz, alivio motivador.

Toser parece una lluvia de piedras en el tejado,

mi cuerpo parte del origen de los versos sueltos.


Lamentos de aves heridas, buscando redención,

en esputos, palabras hojas secas, emoción.

La tos, un eco del pasado de las voces olvidadas,

mar embravecido plasmados en cada estocada.


Entre tos, el débil nervio de mi esperanza,

la poesía nace de las fisuras del alma, hay fuerza y templanza.

Tose el látigo que castiga lo que no quiero escuchar,

el alma pide a gritos lo que el espíritu ciego no puede reprimir.


Mi tos, alquimia transformadora en versos de poesía,

en cada instante encuentro el ritmo en la melancolía.

Expresiones y comparaciones, mi voz desafía la tristeza,

tos frágil, en memoria de quien la oye, belleza.


Autoría: Norma CECILIA Acosta Manzanares.

Caracas-Venezuela.

domingo, 1 de octubre de 2023

MI YO POÉTICO

 MI YO POÉTICO.


Entre mis manos sostengo una pluma encendida,

que en cada palabra escribo mis vivencias,

versos profundos, sinceros y llenos de vida,

que en el papel se vuelven experiencias.


Mi ser poético se une con la tinta,

entrelazando los versos con sentimientos,

cada estrofa es un suspiro que palpita,

dejando en cada línea mis pensamientos.


Las metáforas bailan en lenguaje sutil,

las palabras hablan en un susurro callado,

el poema se convierte en un río versátil,

donde las emociones fluyen desatadas.


Como un mapa, mis versos son travesías,

que exploran el laberinto de mis días,

con cada estrofa, una nueva melodía,

y en cada verso, una historia se guía.


El papel se convierte en un campo de batalla,

donde las emociones luchan y se libran,

cada palabra es una caricia que estalla,

y el poema se convierte en lucha y epopeya.


En cada verso, un suspiro se despliega,

cada palabra es una emoción en ascuas,

un viaje sensorial que el alma entrega,

donde la imaginación no tiene excusas.


Entre mis manos, un poema se dibuja,

un horizonte nuevo que se crea,

y en cada estrofa, un universo se construye,

con metáforas audaces y nuevas ideas.


Así, el poema se eleva en el papel,

convertido en una obra transformadora,

donde el yo poético se hace presente,

y el arte deja una huella salvadora.


Autor: Norma Cecilia Acosta Manzanares 

Caracas-Venezuela.

viernes, 29 de septiembre de 2023

Canción La Araña y el Grillo

 La Araña y el Grillo


(Verso 1)
La araña sube, sube, sube,
tejiendo su tela sin parar.
El grillo salta, salta, salta,
cantando con su alegre compás.

(Coro)
La araña y el grillo, juntos están,
en el jardín van a jugar.
Con hilos de seda y música en su andar,
una amistad linda van a formar.

(Verso 2)
La araña teje, teje, teje,
una red para todos atrapar.
El grillo canta, canta, canta,
su melodía llena el lugar.

(Coro)
La araña y el grillo, juntos están,
en el jardín van a jugar.
Con hilos de seda y música en su andar,
una amistad linda van a formar.

(Puente)
La naturaleza nos enseña
que todos podemos convivir.
Con respeto y alegría,
un mundo mejor podemos construir.

(Coro)
La araña y el grillo, juntos están,
en el jardín van a jugar.
Con hilos de seda y música en su andar,
una amistad linda van a formar.


Auditoria: Norma Cecilia Acosta Manzanares
Caracas-Venezuela. 

¿QUÉ NO SE HA DICHO? ©

 ¿QUÉ NO SE HA DICHO? © Todos los derechos reservados Autora: Norma Cecilia Acosta Manzanares País: Venezuela Tema: Día Internacional contra...