sábado, 26 de abril de 2014

Gaviota Rubicunda

Velero del alba
Que atraviesa los mares
Con el tiempo moreno, vuelas… vuelas
Sin miedo a sus malabares... sin miedo…
Te he seguido gaviota rubicunda
Por cada barco que navegas… en la mar,
Y  sus olas de plata me balanceaban
Y veía siluetas… siluetas que se esfumaban,
Dejando blanco mis ojos… blancos… blancos
Ya agotados y calcinados por la salina
Que van cayendo entre mis parpados
Rogando al cielo mi pronto dormir…
Quiero seguir en estos rumbos
Soñando despierta, buscándote… buscándote…
Y volando en tus cielos quisiera encontrarte,
Guiada por las corrientes de bruñidas tardes
Con la merma luz de versos,
Te llevaste mis besos… mis besos…
Para luego irte con el viento,
Y de lejos se escucha su llamado
Con el crujir del mar el cielo se curte,
Las alas rubicundas danzando… danzando
Con soltura, planeando y graznando…
Se cayó en aquella tarde… Ahogándose en la mar
Cansada… cansada… alma mía…
La soledad y el vacío recorren por la playa
Escribiendo el crujir de las olas
Mientras se alzan los crepitares de arenas,
El cielo se deprime en borrascosas cobrizas
Hasta estremecer mi cuerpo…
Quiero continuar a viento en popa
Hasta cruzar y vencer las quimeras del tiempo
Solo contigo gaviota rubicunda
De alcanzarte me revivirás con tus besos…
Autor: Norma Cecilia Acosta Manzanares.
Caracas, 15 de Marzo del 2014
Venezuela.

VUELVE GAVIOTA





El horizonte esta con estruendo

Volcando a la gaviota al incierto
Y cabriolándose en desconcierto
El mar se retorna con lamento
Volverá la gaviota a volar
                        Donde estas… donde estas…
Miro al cielo gris y con destiempo
La vista llena por el tormento
Intento volar con sufrimiento
Y  alzo mi vuelo con el mal tiempo
Volverá la gaviota a nadar
Donde estas… donde estas…
Por el mar yo la he visto pasar
Con esas olas ya han de azotar
Al cielo queriendo rebasar
Las mil lágrimas que han de brotar                                                                                       
Volverá la gaviota a cantar
                                    Donde estas… donde estas…
Y verán que ya no queda nada,
Donde están sus alas del vivir,
Mi gaviota de la gran balada,
Que vuele para yo revivir.
                                    Volverá la gaviota a pescar
                                    Donde estas… donde estas…
Volverá la gaviota a volar
Con mis lágrimas en este mar
Y nadie podrá... en el consolar
Del recuerdo vuela su rimar
                                    Vuelve gaviota a la mar
                                    Donde estas… donde estas…

Sin tu canto no tengo verso,
Sin tu alimento ya no me centro,
Sin tus alas no me encuentro,
Me hundiré en este… universo.
Donde estas… donde estas…


Autor: Norma Cecilia Acosta Manzanares
Carcas, 17 de marzo de 2014
VENEZUELA

EL GLOTÓN DE LOS SILABARIOS

Ante que todo debo decirles quien es el  gran glotón de los silabarios, es así como lo he llamado, vasta que lean sus prontuarios clásicos para que sepan de qué hablo, pues nada más le dedico con mi entera gratitud por las clases que JOP PIOBB nos ha compartido:                
Como canto de buen creyente
En el cielo tú eres trombón
Con versares de gran borbón
Del viejo o nuevo continente
Eres glotón del silabario
Así te alimentas a diario
Eres goloso de los cantos
Y con el honor a los santos
Deleitas el vino canario.

Y escucho el acento del vino
De cabernet como escritura
Leal con toda derechura
Así es el bardo de buen tino
Sabe beber la buena cepa
Con escritura que le estepa
Al sarmiento de finos cantos
A su salud y sin espantos
Le doy al glotón que no plepa.
AUTOR:  NORMA  CECILIA  ACOSTA  MANZANARES
CARACAS, 11/03/2014
    

UN BOLÍGRAFO ENTRE MIS MANOS

Sostuve entre mis manos un bolígrafo,
Al quitarle la chapa
Sentí el sustancial líquido de un párrafo,
Entre lengua y tapa
Lo sumergía en los caldos ya mascados,
Incluso la solapa,
Como hojas de contornos balbuceados.

El bolígrafo siempre entre mis manos
Y con él, malabares.
En mi pensar el humo de un habano
Con plegarias de bares,
En una servilleta con el lomo de verano
Y de muerte grave,
Sería dejarla virgen, todo en vano.

Al bolígrafo lo arroje con vigor y sin aviso,
Quedó aturdido,
Goteando restos de su tinta en el piso,
Versos no diluidos,
Era mejor derramarse sin permiso
Y quedar sin olvido,
De aquella servilleta que tanto quiso.

Luego, te recogí y de ti me he servido,
Caté su tinta corriente
Y dispuse en ti mis versos fluidos,
Rozados en mi mente
Y de fantasía se han prendido,
Frente a frente,
La tinta y la servilleta un coito atraído.

Ni el imperial penacho de constelación,  
Ni los parnasos,
Pudo evitar mi frenesí en el mar de Orión,
Con el pasar de sus ocasos
Místicos en la bóveda de vigilia fusión,
Segregan con pasos
Agigantados, eventos que eleva la inspiración.

Y quedó atrás el tiempo del papel arrumado,
Adiós a los baipases.
El bolígrafo en la mano se ha consumado
En un tiro sus varices,
Sin cordales con el letargo remachado,
Como las perdices,
Desojando con piel el ruido murmurado…

Norma Cecilia Acosta Manzanares
Caracas, 20 de marzo de 2014
VENEZUELA.

20 Formas de Amar y una Mosca Zumbando.

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