Gatillo y Exilio
Imagen tomada de Internet.
Título: Gatillo y Exilio.
Autor: Norma Cecilia Acosta Manzanares.
Derechos de autor reservados.
Las balas no salen solas.
Duerme la pólvora en la cacha,
silenciosa, quieta, inmóvil.
Hasta que alguien decide llamarla
y la piel se convierte en frontera
sin regreso.
Llamemos gatillos el exilio.
El instante en que una decisión
se convierte en sentencia,
en marcha forzada, en un cuerpo
desprendido de su historia.
Las palabras también pueden ser balas.
Algunas disparan decretos,
otras condenan sin sonido,
otras construyen muros invisibles
que separan rostros, nombres,
hogares que ya no existen.
Si no querían que existiera,
¿por qué la guardaban?
¿Por qué la decisión estuvo siempre ahí,
esperando el momento
de rasgar el aire
y desterrar la vida
en un solo movimiento?
El exilio es doble muerte:
la de marcharse
o la otra,
adentro,
en el propósito sin elección.
El exilio es un mapa sin regreso,
un camino sin huellas,
un eco que muere
antes de pronunciarse.
Es una bala sin sangre,
una herida sin piel,
un grito que nunca
encuentra respuesta.
Si has sentido el peso del exilio, cuéntame: ¿qué significa para ti?
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