EN LO BLANCO Y NEGRO HAY UN ARCOÍRIS

 EN LO BLANCO Y NEGRO HAY UN ARCOÍRIS 


Érase una vez, en un bosque encantado lleno de árboles altos y frondosos, vivían un pájaro llamado Guacamaya, dos insectos llamados Oruga y Mariposa también su querido amigo Arcoíris. Cada uno de ellos era especial a su manera y juntos formaban un equipo inseparable.


Guacamaya era un pájaro de colores brillantes y llamativos, que podía volar tan alto como las nubes. Emitía un sonido único y melodioso "Gua-gua-guacamaya", que traía alegría a todos los seres del bosque. Con su plumaje multicolor y su actitud amigable, era un pájaro muy querido por todos.


Oruga, por otro lado, era un insecto pequeño que siempre estaba ocupado masticando hojas. Hacía un sonido suave y repetitivo con su boca mientras comía "Ñam- ñam" Se dedicaba a comer y crecer, soñando con transformarse algún día en una hermosa mariposa como su amiga.


Y hablando de mariposa, ella era la más hermosa de todo el bosque y desde que nació siempre buscaba nuevos colores para su vida. Su nombre era Mariposa y hacía un sonido suave y delicado con sus alas al aletear "Fshh-fshh". Volaba de flor en flor esparciendo polen y alegría a su paso. Siempre buscaba aventuras y prometía que algún día volaría tan lejos como el arcoíris.


Ahora, Arcoíris era el personaje más singular de todos. No era un pájaro en sí, sino un misterioso espíritu alado que adornaba al cielo con sus hermosos colores. Realizaba un sonido mágico y resonante mientras se movía por el bosque "Shu-shu-shu". Siempre aparecía después de la lluvia, pintando el cielo de un arco iris vibrante y lleno de vida.


Un día, mientras Guacamaya, Oruga y Mariposa exploraban el bosque, se encontraron con un problema. Había una densa niebla blanca que envolvía el bosque, haciendo que los colores desaparecieran por completo,  no podían ver ni moverse correctamente y esa tristeza llegó a sus corazones.


Entonces, nuestros valientes amigos decidieron unir fuerzas y encontrar una solución. Guacamaya utilizó su canto melodioso y repetitivo para enviar un mensaje a través del bosque, esperando que alguien les pudiera ayudar "Gua-gua- guacamaya, ayudaaa".


De repente, escucharon una voz familiar que provenía de lo más profundo del bosque. Era Arcoíris, acudiendo a su llamado. Arcoíris les propuso una solución creativa y mágica.


Él los conduciría con su voz mágica haciendo "Shu-shu", para encontrar la cueva de la Imaginación, donde podrían recuperar los colores. Los tres amigos saltaron de alegría al escuchar esta noticia. Con ayuda de Guacamaya se posaron en sus patas y juntos, volaron bajo la guía de Arcoíris hacia la cueva.


En la Cueva de la Imaginación, encontraron hermosos pinceles y pinturas de todos los colores posibles. Con mucho cuidado y entusiasmo, cada uno tomó su pincel y se sumergió en las pinturas. Guacamaya usó colores rojos y amarillos para pintar una puesta de sol brillante, mientras Oruga se transformó en una mariposa volando con colores vibrantes.


Mariposa creó hermosas flores de todos los colores del arco iris y Arcoíris utilizando sus poderes mágicos mezcló todos los colores juntos "Rojo, azul, verde, naranja, púrpura, amarillo, rosa...¡Todos los colores se mezclan!". Y así, el blanco de la niebla desapareció y el bosque volvió a ser un lugar lleno de vida, risas y colores.


A partir de aquel día aprendieron que el blanco y el negro son solo el comienzo, y que en el mundo hay un arcoíris de colores y sonidos por descubrir. Juntos, siguieron explorando y compartiendo su alegría con todos los seres del bosque, volando alto y dejando su huella mágica en cada uno de ellos.


Y así, la historia de estos maravillosos amigos continúa en el corazón de aquellos que escuchan, llenando de magia e inspiración el mundo que les rodea.


Autor: Norma Cecilia Acosta Manzanares 



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