lunes, 14 de marzo de 2016

MUCHACHITA ENAMORADA.

 MUCHACHITA ENAMORADA.


Muchachita enamorada, en el jardín está la flor, que vas deshojando, con preguntas de amor.

Si te quiere o no te quiere, eso déjaselo a Dios, porque él es alfarero, que moldea el corazón.

Sigue tejiendo, muchachita, con los brocados inmersos, a las dos puntas de la aguja, por el colorín del universo.

Teje tu cabello de sol, para que te dé calor, y cuando la luna salga, adórnate con su escarcha.

Diseña flores en tu sonrisa, para que sane la herida, teje con tus besos su boca, la dulce miel que lo hipnotiza.

Continúa tejiendo el amor, con las manos de tu querer, hazte con eso un bello abrigo, de instancia para la vida.


Autor: Norma Cecilia Acosta Manzanares.






martes, 23 de febrero de 2016

GUAYOYO.

 GUAYOYO.


Guayoyo eras de humo encaje,

con la taza te llevaba,

por su oreja la agarraba,

para beber su brebaje.


Un café de rico aguaje,

con gusto lo deleitaba,

de a poco me lo tomaba,

hablando el mismo lenguaje.


Ahora tengo nostalgia,

de su remanso olor suave,

al vuelo el ruiseñor sabe.


El devenir de su magia,

a mi pecho mal presagia,

se miga como el casabe.


Autor: Norma Cecilia Acosta Manzanares.

Caracas 23 de febrero del 2016.

D/r.


jueves, 21 de enero de 2016

Juegos de Corazones.

 Juegos de Corazones.


En la mesa eché la baraja,  

el as de corazón brillaba,  

pero tú, sin dar ventaja,  

seguías con tu mirada.


En cada jugada, la magia,  

dibujaba nuestra melodía.  

Con un as en la estrategia,  

te reté a una nueva partida.


Las cartas volaban en juego,  

mientras el tiempo se encendía.  

Tu mirada, llena de fuego,  

se perdía en mi fantasía.


El trébol me dio la ventaja,  

a pesar de tu egolatría.  

Quedaste en desventaja,  

y el amor se volvió agonía.


Autor: Norma Cecilia Acosta Manzanares.




domingo, 17 de enero de 2016

SIRENA.

 SIRENA.


Aquí está la sirena,

disfrutando la mar,

de su brisa y la arena,

por las olas a jugar.


Regresa pronto rima,

que a la mar se arrima,

se estira en la arena,

borrando las penas.


Más pena me daría

si dejo de ver el día,

el sol que se aproxima,

las olas bailarinas.


Bajo el sol reluciente,

la sirena sonriente

susurra entre las olas

mientras el viento guía.


Las estrellas brillan,

comienzan a asomar,

y la luna plateada

se prepara a brillar.


Con su canto encantado,

invita a soñar,

donde el mar y la arena

se encuentran al danzar.


Así, en cada ola,

la vida va y viene,

y en su abrazo eterno,

la tristeza se detiene.


Autor Norma Cecilia Acosta Manzanares.




jueves, 26 de noviembre de 2015

Axioma del Abismo.

Título: Axioma del Abismo.

Autora: Norma Cecilia Acosta Manzanares. 

País: Venezuela.

Derechos Reservados de Autor 


La Paz no es una paloma.

Es la Aguja

en el pajar del mundo.

Y nosotros,

ciegos con guantes de filósofo,

buscando a tientas

entre astillas de himnos

y paja de tratados.


Todos hablan de su forma,

de su tacto,

de su filo perfecto.

Pero sólo encuentran el vacío

que pincha el dedo

y sangra la conciencia.


La Mosca de la guerra

pone sus huevos en la herida.

Y la Semilla de Mostaza de la esperanza,

tan pequeña,

se ahoga en el pus de la costra.


¿Sus Pronombres?

Ella,la deseada.

Él,el verdugo que la invoca.

Ellos,los que venden su efigie

en el mercado de las causas justas.

Nosotros,los que miramos

y creemos estar limpios.


Y en el centro,

la Prostituta que la habita.

La Paz de mentira,

la de sonrisa pintada

y precio en la mirada.

La que se acuesta con el vencedor

y le susurra promesas

mientras lava la sangre de sus botas.


¿Quién merece?

Nadie.

¿Quién decide?

El que tiene el cuchillo

y el diccionario.


Axioma del abismo infinito:

la única Paz verdadera

es la que mira de frente

a su propio vacío.

La que se sabe frágil,

manchada,

y aun así

no se rinde

a ser sólo

un pronombre

en boca

de los hambrientos

de poder.


domingo, 21 de diciembre de 2014

UN CUENTO DE CAMINO.

UN CUENTO DE CAMINO.


Cuantos somos los escritores que abrimos un cuento con la frase “Había una vez” — dijeron varias historias, pues ¡podríamos dejar de escribir sin empezar con esta frase!, sería la persistencia de la apertura habitual… cierto es, que este enunciado constan de muchas semejanzas y con diferentes autores que han adaptando la fórmula en función de algunas variantes, por ejemplo: “En ese tiempo”, “Hace ya mucho, mucho tiempo”, “era una vez”, “había una vez” y todas las veces de las sucesiones posibles, para no entrar en tanta persistencia llega el etc.… Cuantas veces abrimos un relato de esa manera y narramos cuentos de ángeles que nos guardan en su dulce compañía y les pedimos que siempre nos acompañen en nuestro camino, ¡por supuesto! Se condiciona a la oración adaptada y empleada para dormir. ¿Qué no sabía? ¡No dormiría!, de tanto bostezo, un milagro repercuto al conocer un particular Ángel, que sin la apertura habitual de aquellas frases podría darle inicio a este cuento de camino.

En la tierra del crepusculario vive un muchacho con ojos de melcochas y rellenita fisionomía, su nombre Ángel, lo conocí acompañado de unas cuantas morenas de cuello largo y el culo chato, él me dijo: – a ellas les gorgorean la voz de la frescura eterna, con la sabrosa cebada envasada en tan flemática figura; Pensé: - por donde quiera hay que invocar a este guardián alegre, después de todo, es un Ángel que peregrina en el camino de nuestras verbenas, para el bien inmarchitable de los vetustos bebedores, él siempre asistirá con sus morenas bien frías, preciosas angelicales de auras plateadas y el pecho tatuado con la eminente fiera polar. En efecto, para invocar a este simpático Ángel no se necesitan de velas ni de oraciones, solo hay que ponerle un ballenato epicéntrico, lo verán como un colibrí enfiestado chupando de ese rico elixir pecaminoso, dándole confitura a su barriga en raudal, ese Ángel cuidará que los festines sean agradables, te proveerá de la más ricas cebadas y tomará de las tuyas sin piar. En aviso al rendís un tentempié con espumas abrirá, visorios burbujeos con glorias que apaciguaran a esos vaivenes escuetos o curvaturas celestiales, en pleno clan de abrirte las ganas de querer más y más, de esas bebidas espirituosas, pero… como buen custodio, él terminará con el descuido de ingerir tus cebadas paradisíacas, haciéndote creer que estas aprendiendo a tomarlas tan rápido de lo normal.
Para que este cuento de camino no termine con el pronóstico habitual del minimalismo que representa la contundente palabra “Fin” podría decirles, hay que ver que yo estaba allí y termine echándoles el cuento, ¿no lo pueden creer?, ni que fueran creyones, no hay nada habitual en este mundo de comitivas creencias, sino lo cuentas no beberás cervezas, por lo tanto, es mejor terminar hipeando su nombre y con esta facunda décima:

Es necesario beber,
con el Ángel que no se rinde,
a él le gusta que le brinde:
su panza le hace crecer,
sin pena de posponer,
al creyente cumplimiento
y sin ningún sufrimiento
se toma la otra que sobre,
levanta el ánimo al pobre
con sus chistes del momento.

¡Hip, hip, Ángel!


Autor: Norma Cecilia Acosta Manzanares
Caracas – Venezuela.

20 Formas de Amar y una Mosca Zumbando.

  La Necesidad de Nombrar lo que Queda. Este compendio de poemas no es un libro sobre el amor. Es una revisión honesta y cruda de lo que que...