martes, 9 de octubre de 2012

RANAS EN EL CHARCO



Una vez una Ranita llamada Rinda de piel amarilla y brillante como el sol, largas ancas, cuerpo hermosamente alargado, carita pecosa y muy saltarina, buscaba un charquito para poder hidratarse, su piel era muy delicada, ella saltaba y saltaba en busca de su gran charco donde ella cuando cría jugaba, charquito que conseguía se sumergía en un salto pero eran tan pequeños que se evaporaba rápidamente por el gran verano. Rinda que desde años vivía en un refugio de diversas especies en peligro de extinción. Ella un día se escapo a pesar que tenía suficiente alimento y una gran charca pero sentía que ese no era su hogar así que Rinda la ranita brincaba sin parar siguiendo el camino con la esperanza de conseguir un charco tan grande como aquellos cuentos que su mamá le describía cuando apenas era un renacuajo:
En la tierra de las humedades
Se encuentra los charcos más grandes
Profundos como el amor de mi linaje
Refrescante lago de gran aguaje
Me quitaba los hongos harapientos
Y me proveía muchos alimentos
Muchas especies se cortejaban
Todas las ranas machos saltaban
Y atendía ese canto amorío, tu padre.
En el coro lo acompañaba el compadre
Las tonadas con las noches se cargaban
Llenas de rimas las ranas cantaban.
La luna nos sonreía con su luz divina
Nuestro color amarillejo se ilustraba
Y el espejo del lago brillaba.
Nuestra Rinda no dejaba de saltar, se escondía de cualquier peligro que presentía, su escondite preferido era de bajo de las hojas amarillentas de los árboles que al piso caían y de allí aprovechaba alimentarse de los ricos manjares que también se ocultaban igual que ella, Rinda al ver que el peligro se alejaba continuaba su camino, saltando y saltando se guiaba por el sol y el viento con la ilusión de llegar a ese maravilloso charco de sus recuerdos, muy cuidadosa se alimentaba de los insectos que se cruzaban en su camino, se mojaba con los pequeñines charcos que encontraba, luchaba contra el sol bravío y el calor angustiante pero se animaba para no desmayar antes el caluroso verano; se distraía cantando la canción de los Viajeros Saltarines con alegría:

                                                                                                                     I
Salta, salta la ranita,
Salta una, dos y tres,
Salta por las hojitas,
II
Con su lengua atrapamoscas
Ingiriendo todo el día
Baila, baila Rinda baila,
III
Salta, salta en el camino
Casi llego a mi destino
Brinca, brinca de esperanza
IV
Que se sienta la alegría
De los cantos de mis charcas
Salta, salta con las ancas
V
Brinca, brinca con estilo
Con la lengua pegajosa
Llenas de bocadillos
VI
Me proveen vitaminas
Para llegar algún día
Salta, salta la ranita
VII
Baila, baila rinda, baila
Y báñate en la charca
Disfrutando todo el día
                                                                                                                          Brinca, brinca, brinca (bis)

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                       
Un día, Rinda llega a un lugar muy extraño y curioso para ella, tenia un gran estanque rodeado de cemento con vivos azules muchas gramas artificiales y árboles secos, el estanque estaba lleno de ranitas de diferentes colores, se estaban bañando y cantando todas a la vez diferentes tonadas, Rinda se quedo observando el lugar e interrumpió a las demás ranas:
- Hola soy Rinda y vengo de un lugar muy lejano, estoy cansada de saltar y mi cuerpo esta algo deshidratado ¿ustedes me permiten sumergirme un rato en su charco?
- Responde una de las ranas: Si ranita Rinda, siempre y cuando no te nos acerques.
Rinda procedió a zambullirse en el estanque, observo que en el fondo de sus aguas habían muchos objetos extraños, puntiagudos en sus orillas, plateados y oxidados también vio un artefacto de color verde con largo cuello, sin patas y rabo chato, reflejaba una luz que quemaba cada vez que Rinda se le acercaba, se sentía incomoda, los insectos tenían un sabor muy extraño y el agua del estanque se sentía muy acida. Una de las ranas del estanque la observaba muy inquieta Rinda estaba y la rana vieja como la llamaban se le aproximo y le recito Las Ancas Marchitas:
                                                                                                                                                                                                                                                                                                                         En el charco de aquel medio 
                                                                                                                                       Flotan muchos desperdicios
                                                                                                                                    Asfixiando el equilibrio
                                                                                                                                          Humanos decoran el infinito
                                                                                                                                           Sembrando lo artificial

       Destruyendo el gran ritual
             A nosotras las ranitas
Se nos marchita las ancas
 Y nos oprimen los hongos
Con el desequilibrio de los tuertos
Las plantas y las flores se van
Los árboles los dejan secar
Y hacen de su madera
Flores para decorar
Llenas de colores.
Pocas abejas para catar
Y las hormigas se esconden
De bajo del manto artificial.
Las ancas se marchitan
Por tan terrible enfermedad
Caemos en un salto mortal.
Y con menos suerte nos protegen
Las ancas van a un mesón
Con pinzas y Borbón - Ortiz
El resto del cuerpo se los dan
A los colmillos del caimán
Reprimidos como nuestras ancas.
Rinda después de haberle prestado atención a la rana vieja, sale de un brinco asustada y salta sin parar retomando el camino del charco de sus memorias, a medida que saltaba y pasaba por lugares aun más extraños, trataba de no deslizarse cerca de esos objetos que brillaban mucho y reflejaba al sol, sentía que le quemaba la piel, el olor era terrible, la ranita llego a pasar por el gran basurero de la ciudad, no descanso para salir rápido de ese lugar y sin mirar atrás ni prestarle atención a los demás animalitos Rinda seguía saltando y saltando, cantando su canción favorita de los Viajeros Saltarines.
Nuestra ranita al fin llego a un lugar donde había muchas flores, hojas, arboles y charcos naturales, Rinda en agonía por tan larga travesía se dispone a descansar, se refresca con agua de manantial y atrapa mucha moscas que habían en ese lugar; se percata que hay muchos humanos corriendo y saltando en los diferentes charcos, unos niños vieron a la ranita Rinda y se le acercaron por curiosidad:
- José vistes a esa rana tan extraña – exclama William.
- Si la vi vamos atraparla, que no se dé cuenta y se la lanzamos a Adriana para que se asuste – le responde José a William.
En ese momento la ranita Rinda estaba descansando y no percibió que tenia a dos niños a su lado, José la atrapa con sus manos y en fracciones de segundos cae al lago temblando, Willian empieza a gritar- ¡auxilio, auxilio! mi hermano se cayó al lago, Rinda cae en un tumulto pastoso, lleno de moscas y mal olientes, como pudo salió de allí y se sumerge en el Charco, asustada estaba porque pensaba que los niños le iban arrancar sus ancas. Los padres de José lo rescatan y lo llevan al Hospital. La ranita sale ya al anochecer del lago y escucha muchos grillos cantando mientras que otras ranas estaban bailando, Rinda las observo toda la noche, en la mañana siguiente siguió su camino, pensando siempre en ese lugar soñado que su mamá Rima le cantaba cuando era un renacuajo, así que nuestra ranita seguía saltando hasta que logró ver una selva extensa, llena de manglares y arboles muy altos, gruesos y frondosos que tapaban al inmenso cielo.
En la selva tropical
Los arboles dan vida
Con su melena verde natural
Tapan el sol y ellos bailan
Al ritmo de los cantos
De las ranas que alegres están
Por tan bella majestuosidad
Rinda por fin ve ese maravilloso gran charco, de aguas claras y mucha diversidad de plantas, insectos y ranas. Se sumerge en un salto y con su gran lengua atrapa una exquisita cerbatana que no probaba desde hace ya mucho tiempo. Rinda se posa en una hoja de flor de Loto y en ese momento un cocodrilo se estaba bañando:
- No te recomiendo que me comas porque te puedes desmayar- le dice Rinda al cocodrilo.
- el cocodrilo le responde- tranquila no estoy interesado ¿cómo te llamas?
- Me llamo rinda y tu cocodrilo ¿cuál es tu nombre?- le dice la ranita Rinda
- Me llamo Gustavo el cocodrilo de este gran charco, tú no eres de aquí ¿de dónde vienes?
- Soy de un sitio muy lejano, donde hay humanos- le responde Rinda al cocodrilo Gustavo.
- Pues ¡que terrible! Rinda me iré a calentar mi cuerpo ¡que terrible! – exclamo el cocodrilo Gustavo mientras salía del Charco.
Una mañana Rinda estaba jugando con sus amigas cuando llegaron sin avisar unos humanos del lugar, las atraparon a la gran mayoría con cuerdas y mayas artesanales, con una hoja los aborígenes le exprimían el veneno que poseían las ranitas en su cuerpo, la estrujaban y luego las soltaban, rinda nuestra ranita salto y se sumergió al charco y asustada se le acerca a otra ranita y le pregunta:
- ¿Que fue eso? – me estrujaron y me soltaron ¡no me comieron!
- La amiga de rinda le responde- tranquila eso es casi siempre ellos usan nuestro secreción para poder casar los monos que viven a lo alto de los arboles.
Al llegar la noche, todas las ranas salen y cantan bajo la luna que les alumbraban, Rinda empieza a cantar con las demás ranas que son de su especie, es la hora se dicen una a las otras ya están por llegar los machos que nos van aparear, Rinda estaba muy entusiasmada porque ese lugar era tan mágico como su madre le decía, al rato llegan los muchachos a cantarnos las serenatas que nos engalana.
                                                                                                                                                                                                                                             
                                                                                                                                                                 
                  
     Y aquí están los Machos
 Galanes y guapos
Cantando bajo la luna
Para las ranas que se alumbran
Bellas las muchachas
De piel amarilla y manchadas
Pecas en la cara
Y de largas ancas…
                                                                                                                                                                                                                                                                                                                 
En ese momento Rinda no se sentía bien, las demás ranas no se percataban de su estado de debilidad, estaban pendiente de buscar al mejor macho para agrandar su especie; en eso nuestra ranita se desmaya y su respiración se detiene, las demás ranitas se sienten mareadas y luego cae una y otra, el río se oscurece con largas tiras de yodo y las diversidades de las especie quedan flotando y delirando en el charco hasta que su cuerpo inerte se estiran hasta las orillas y mueren. Cerca de aquel charco soñado por Rinda se encontraba garimpeiros destrozando el lugar.

Colorín colorado las ranas Atelopus carbonerensis se están acabando.

Autor: Norma Cecilia Acosta Manzanares.
Fecha: 08 de Octubre del 2012
Caracas-Venezuela.

Todas las fotos y dibujos fueron sacados por las siguientes paginas:




ROMANCERO DEL AMANECER


El crepúsculo de tonos amarillejos
Da  pureza a nuestro amor,
Se aviva a través de los reflejos
A la vista de nuestro creador.

Luz magnifica de tonalidad acoplada
Dibuja el romancero de nuestro amanecer
El mar se calma  a los pies de su amada
Y el sol bosteza el albor para enaltecer.

La gracia de Dios despliega su luz divina
Abrazando las vaporosas nubes, embeleso
Mi amor por tus manos dulces y albina
Y te envuelvo con un sensible beso.

Con ese beso sabroso de romanceros
El sol abre la batuta de su inspiración
Con la música del mar calmado, veraneros
Se siente la calidez de nuestra pasión

Estrenamos el amanecer con un beso
Ensanchando los colores a mar y melocotones,
Y entre los susurros del viento me embeleso
Con los buenos días y la pasión a borbotones……


Autora: Norma Cecilia Acosta Manzanares.
Creado en Fecha: Octubre 05 del 2012
Caracas- Venezuela.

viernes, 5 de octubre de 2012

DIME













Dime; cielo mío
Qué de tus noches taciturnas,
Se han perdido tu mirada
En el pleno firmamento.

Dime por qué? Si al asomarte
Por la ventana de tu alcoba
Ocultas tu mirar en el cielo
Me difusas en tus pensamientos.

Dime, si en tus recuerdos
Están los versos de pasión
Y con mis trémulas manos
Tocaron alguna vez tu cuerpo.

Dime, si mi amor ha sido ingrato
Por  entregarme entera, poeta
En tan lejanas grutas caprichosas
Te saciabas el ímpetu con belleza.

Dime, acaso soy la culpable
De tantas ilusiones abiertas
Sendero por la cual camino
En nuestras noches inciertas.

Dime, tu mirada distantes
Despoja del firmamento
Las estrellas, dejándolo áspero,
Así ariscas quedaron mis manos.

Dime, si mi pecado fue
Al protervar tu hermosura
Arrancando de tus labios
Esos dulces besos.

Dime, si de tu boca
Tan jugosa yo la he escurrido
No soy culpable de tu belleza
Pero tú si, eres el raudal de mis versos.

Dime, amante lejano
Te he llenado de perdón
De letras y besos por tu cuerpo
Y al final te arropas en mis deseos.

Dime por qué? Tu mirada
Se aleja en el firmamento
Acaso en tu memoria
No hay recuerdos de mis versos.

Autor: Norma Cecilia Acosta Manzanares.
Fecha: Octubre 04 del 2012.
Caracas- Venezuela.

lunes, 24 de septiembre de 2012

INDIRA TODAVIA ES PRINCESA


Una tarde del 24 de Mayo del año 1967, nació una niña quien sus padres le dieron el nombre de Indira, era una niña con una gran sonrisa, de extremidades largas y con mucho cabello de color castaño y mechones rojizos, ojos enormes azules y pocas pestañas, cejas pobladas, su piel blanca adornadas con pequeñas pecas en su rostro, ella era la protagonista de sus padres y su hermano mayor Gilberto que apenas gozaba de cinco años de edad en aquellos tiempos. Indira era muy graciosa pero también muy llorona, sus días de infancia la paso al lado de su abuelita Marta mientras que su madre Alejandra trabajaba mucho para llevar el sustento a su casa ya que su padre tubo que partir a un lugar del reino de Dios, el ya no estaba con la familia, mientras que su abuela cuidaba de Indira, su hermanito estaba en la escuela, la pequeña niña paso su infancia soñando, ella le gustaba mucho los cuentos mágicos, ya con cuatro años de edad esperaba a su hermano Gilberto el caballero de sus cuentos para jugar y empezar su mundo de fantasía.
- Caballero porque usted llega tarde a mi llamado – dijo la princesa Indira al caballero Gilberto.
- Mi princesa ruego que me disculpe pero mi caballería y yo tuvimos que defendernos de la más temible criatura que asechaba su reino.
- Caballero no sabía que en mi reino existía una criatura temible ¿de donde vino? – le pregunta la princesa Indira a su caballero.
- De una tierra muy lejana llamada escuela pero no tenga miedo, yo personalmente lo enfrente con mis diez flechas del saber y la bestia se fue temiéndonos, ya ella no volverá.
- Caballero Gilberto por su heroica acción y por defendernos de la bestia es un honor entregarle a usted en nombre de mi pueblo la estrella numero veinte, nuestro pueblo y yo la Princesa Indira quedamos agradecidos.
Indira paso parte de su infancia jugando a la princesa junto a su hermano adorado mientras que la abuelita de Indira se dedicaba a cuidarlos colmándolos de amor; un día Indira vio que estaba lloviendo, ella era muy curiosa y le encantaba sacar la mano por la ventana de su casa para poder sentir las gotas caer y entonces gritó ¡abuelita, abuelita está lloviendo! la abuela desde la cocina le dice a la niña - pues canta la canción que te enseñe mi princesa y sin sacar la mano por la ventana, mira que te puedes enfermar. Indira estaba aburrida y quería jugar con la lluvia y a escondidas de su abuelita aprovecho de hacer una travesura, abrió la puerta y se dispuso a correr como un corcel libre por todo el jardín, estaba feliz corría, saltaba y cantaba la canción que le enseño su abuelita: 

¨ QUÉ LLUEVA, QUE LLUEVA,
LA VIEJA ESTÁ EN LA CUEVA,
LOS PAJARITOS CANTAN
LAVIEJA SE LEVANTA,
QUE SI QUE NO,
QUE CAIGA UN CHAPARRON ¨
                                                                 Anónimo…


La abuelita se percata que la niña Indira no estaba en la casa ¡pero donde estará esa niña mi Dios! dice la abuelita preocupada – y, dirigiéndose asustada hacia la puerta, vio a la niña jugar con la lluvia y ordeno – ¡Indira entra ya! La niña corre hacia su abuelita y la abraza fuertemente - ¡que te dije Indira! ¡Te vas a enfermar niña! ¡Tú no haces caso! Regañándola fuertemente la abriga con una toalla, la lleva al baño y le dice - vamos hija métase a la ducha, gracias a Dios que ya la sopa esta lista, espero que no te vallas a enfermar.
- Indira ve a su abuela tiernamente y con voz suave le dice - bueno si usted no quieres que yo corra y juegue con mi amiga la lluvia ¿por que me dejas cantar su canción?
- La abuelita le responde dulcemente- pues mijita es solo una canción infantil, tu no debes jugar con la lluvia, las princesas no se mojan y menos se llenan de barro, Indira entiende cariño que el frío del agua te puede enfermar, es mas mi bella niña sal ya del baño que la sopa te aguarda y en un par de horas ya tu hermano y tu mamá estarán en casa.
Así, pues tal como lo dijo su abuelita; Indira termina de comer su sopa y se dispone a descansar; la abuela la nota muy silenciosa y le pregunta ¿mija te sientes bien? A ver, a ver, déjame tocar tu frente y exclama la abuelita - vez tienes calentura mi niña - Llamare al doctor a ver que remedio te receta, al terminar de hablar con el doctor la abuelita llama a su hija, la mama de Indira para decirle que la niña le dio fiebre y que pasara por la farmacia antes de llegar a casa. Indira paso toda la noche con fiebre pero eso no le impidió soñar y de nuevo entro a su mundo de princesa:

El caballero negro entro al palacio de los sueños enfermando con su hechizo malévolo a la Princesa Indira, junto a ella sus amigos y gritando fuertemente ¡necesitaran de un antídoto para que la fiebre oscura desaparezca! Ja, ja, ja… carcajeando varias veces sin dejar de caminar alrededor de la princesa, ella le dice - ¡dejad ir a mis amigos! ¡Tomad los chocolates que quieras! Pero dejadnos libres; el caballero negro en ese momento siente la presencia de una fuerza de luz y exclama ¡quien vive! ¡Quien osa en retadme! 
En ese momento entra el caballero Gilberto y le grita fuertemente - ¡yo te reto! Y en una lucha constante el caballero Gilberto defiende el reino con valentía y audacia le gana al caballero negro, encerrándolo para siempre en la cárcel de los vegetales, la princesa Indira se libera del malévolo hechizo y lanza un beso al aire para que su pueblo despierte del conjuro del caballero negro, la princesa cae debilitadamente en los brazos del caballero Gilberto y delirando por la fiebre repite constantemente – antídoto mágico……. Entonces el caballero Gilberto sale volando con su mejor amigo Pegaso al bosque de los remedios buscando a las dos hadas encantadas; devuelta al palacio de los sueños una de ellas le da de beber una pócima mágica mientras que la otra hada le pone un pañuelo en la cabeza devolviéndole la fuerza a la princesa.
Indira se despierta con una sonrisa ve a su madre con un frasco en la mano, su hermano siempre a su lado y la abuelita con un pequeño paño húmedo sobando su pequeña cabeza - ya me cure, ya estoy bien dice la niña.
- su madre le exclama – si Indira anoche la pasaste con mucha fiebre, tanto así que estabas delirando.
- responde la abuelita - ¡de caballero, hadas y demás!
-Su hermano la abraza fuerte y le dice en susurro yo derrote al caballero negro.
Pasaron los años cuando ya Indira estaba en quinto grado de la escuela, ella como siempre contenta y soñadora le dice a su mamá, me gusta mucho cursar quinto grado, es el grado donde podré ponerme mi vestido blanco, su madre le responde- hija vas a recibir la primera comunión ¡ya eres una señorita para que tu sigas con sueños algo infantiles! – madre solo dije vestido, no estoy soñando con cuentos de hadas, solo con el vestido – dijo Indira, aun que en el fondo soñaba ver a su príncipe azul. Alex se llamaba era un niño alto y rubio, la sensación de la escuela, Indira cada vez que lo veía no perdía la oportunidad de pellizcarlo, aups ¡Indira! ¿Por qué me pellizcas? Y siempre, que me vez.
- Es para saber si eres real – responde Indira a Alex.
- Alex le dice a Indira - ¡tu no puedes ser normal! Dime hola como cualquier niña.
Indira muy emocionada le cuenta a Alex que su mamá le compro un vestido muy hermoso para lucirlo mañana en la primera comunión – te imaginas Alex, los dos entrando a la iglesia yo vestida de blanco y tu de traje como, este, bueno como - ¡como que! Grita Alex a Indira e irónicamente le pregunta - ¿tu crees que yo soy tu príncipe azul?
- Indira molesta lo mira, le sonríe y le dice- eres un plebeyo con traje, y se va corriendo enfadada por la burla de Alex.
Llega la Mañana cuando Indira ya despierta y emocionada se dispone a vestirse, su abuelita como siempre la ayuda y le dice- hay majita pareces una princesa, serás la sensación de la comunión ya veras que si, Indira muy sonriente abraza a su abuela y a su madre y le dice- familia ya estoy lista, espero que mi hermano este esperándome con su caballo, digo, en el taxi. Indira y su familia llegan a la iglesia donde enseguida comienza el acto de la primera comunión, allí estaban todos los alumnos de la escuela realizando sus botos, Indira sin duda lucia hermosa con ese vestido largo de mangas transparentes y velo con la corona de flores blancas y perladas, Alex callado no la dejaba de observar estaba sorprendido y en susurro le dice a Indira- discúlpame lo imprudente que fui ayer, estas muy hermosa y de veras te pareces a una princesa, ya me siento un príncipe.
-Indira le responde- sigues siendo un plebeyo con traje, pero igual te perdono.
-Alex se ríe de las ocurrencias de Indira y ella lo vuelve a pellizcar, entonces Alex le dice- mi modo ya me acostumbre a tus pellizcos, pero Indira, pareces princesa pero no la que esta en mi reino, en ese momento los alumnos en comunión se disponen a salir de la iglesia cuando Indira aprovecha y le da una zancadilla a Alex, ¡ayyy!- grita Alex. Todos los amigos lo ven que sale cojeando de la iglesia y sé preguntaban que le había pasado.
En ese momento Indira sarcásticamente y con voz suave y dulce le dice a Alex- tu eres un plebeyo, lo único que te sobraba era el frío, yo la princesa de este reino te di cobijo, pues vete harapienta alma, los caballeros tratan con respeto y sutileza a las princesas, es por eso que seguirás siendo un plebeyo con traje, así que se puede retirar a buscar a su igual gemela
-¡Indira, Indira! - la llama su madre, estas soñando despierta otra vez hija ¡vamos ya a casa! Nos espera un almuerzo, celebraremos tu primera comunión.
Así pasaba todo el tiempo Indira soñando que era una princesa y siempre al lado de Alex su compañero de clases, desde los primeros comienzos de la escuela, los dos lidiaban, jugaban y reían juntos hasta que llego el día de separarse, Indira tenia que ir a otra ciudad ha emprender su bachillerato.
Indira estaba feliz por su nuevo colegio, ya tenia nuevos amigos con quien estudiar y pasar sus horas libres, Indira era una estudiante no tan aplicada, pero si persistente y soñadora algo que la hacia muy retraída desde su infancia, pasaron dos años cuando ya su familia se disponían a realizarle sus quince primaveras, su hermano que ya tenia veinte años de edad le dice a Indira- hermana en tu gran fiesta lucirás como nunca, dejaras de ser princesita para convertirte la princesa, y ¡las princesas son mas consientes en la vida real! no dejes de soñar pero tampoco dejes que te atrapen los sueños, lucha, estudia y has que todos ellos se hagan realidad y realizables, mira que últimamente estas un poco floja. Entonces Indira solo escuchaba con atención a su hermano, luego lo interrumpe, tu seguirás siendo mi caballero del castillo de mis sueños, Indira tu no cambias- le responde con cierto gozo su hermano Gilberto.
Al llegar el día de su cumpleaños Indira sale al salón con un vestido de su color favorito, azul celeste, el cabello recogido, guantes y tacones que casi no podía caminar muy bien, así que en su travesura de adolescente vio que el vestido era largo y pensó, si me quito estos tacones y me pongo unos tenis nadie se dará cuenta ¡el vestido llega hasta el piso! pues Indira se devuelve a la habitación se cambia rápidamente los zapatos, regresa al salón y suena el vals; ella observa que el Caballero Gilberto le extiende la mano y le hace una reverencia para iniciar el baile de las princesas, en ese momento llega al gran castillo de los sueños un príncipe llamado Salvador del Reino de los Cielos, se acerca al salón de baile y hace otra reverencia a la princesa, ella le corresponde y pasaron toda la noche bailando sin dejar de verse a los ojos enamorados, unas de las hadas invitadas se le acerca y le interrumpe, disculpadme, princesa Indira es hora del recital – Indira ¡Indira hija que te estoy hablando! - ¡hay mamá quería seguir bailando! la madre le responde - o seguir soñando.
Así pasa la adolescencia Indira, como siempre soñando y divirtiéndose con sus amigos hasta que llego el día de la graduación, mijita linda ya eres bachiller -le dice la abuela muy contenta, Indira la abraza y la carga, casi se caen- Indira bájame mira que mis huesos ya no son tan fuertes mijita, a ver cuando serás que madures, ya de acá ¿que piensas hacer? - le pregunta la abuela, en ese momento entra su madre que ya había escuchado la conversación y le interrumpe- ¡pues que más mamá! Ella va a la universidad a estudiar para luego forjarse como una profesional igual que tu otro nieto. Indira ya soñaba entrar en la universidad y estudiar letras; su hermano Gilberto la acompaño a inscribirse, ambos estaban muy contentos - veras que te va ha gustar mucho esta universidad acá estudie yo con los mejores profesores, esta universidad es muy grande y cada edificio es una facultad, hay bibliotecas enormes y cafetín, canchas de deportes y piscina, tu podrías entrar en natación, serias buena ya que pareces un pez en el agua- le comenta Gilberto a Indira.
Sin duda alguna ella le prestaba mucha atención a su hermano Gilberto pero como siempre salía con una de las suyas y le responde- hermano acá hay un teatro enorme, podría yo inscribirme para representar el papel de la princesa en el castillo de los sueños.
-Hermana ya tu eres la princesa pero en la vida real ¡una princesa que ya esta en la universidad para estudiar y luego preparase para construir sus sueños! - le dice Gilberto a Indira.
- Si hermano eso lo sé, solo estaba recordando nuestra niñez- le respondió Indira a Gilberto.
Indira muy feliz emprendió sus estudios de letras, conoció a muchos estudiantes de la universidad e hizo grandes amigos, los profesores estaban sorprendidos por sus logros ya que cada libro que ella estudiaba lo hacia parte de ella, cada párrafos cada letra lo interpretaba de una manera tan natural y creativa que esa habilidad la hizo obtener los primeros lugares del año que cursaba; en el segundo año gano un premio estudiantil otorgado por la facultad de letras por las exposiciones de la literatura griega. Eso represento un gran orgullo para su familia.
Un día Indira conoció un chico en el cafetín de la universidad, era un muchacho de estatura mediana, cabello oscuro y tez blanca, de sonrisa amplia, se le acerco a Indira y le invito un café, ella por supuesto al verlo se sorprendió, tímida ella y sin saber que decir, ella estaba acompañada con unas amigas y una de ellas le da un codazo y la aviva – Indira dile que si, en ese momento Indira hace un leve movimiento con la cabeza indicando sí a la invitación, él se presenta - hola Indira me llamo Edgar.
- Pregunto Indira - ¿cómo sabes mi nombre?
- Así le escuche llamarte, tus amigas - le contesta Salvador.
- ¿Que estudias? – le pregunta Salvador
- Indira sonrojada le responde – letras.
- Yo estudio ingeniería, llevo ya tres años en esta universidad, pero realmente estoy cursando segundo año – comenta salvador a Indira.
- Bueno yo acabo de empezar el tercer año en letras y no he repetido, gracias a dios, el año pasado me gane un premio otorgado por la facultad de letras, espero hacer lo mismo este año – expresando sus motivaciones a Salvador.
- Salvador le responde- bueno yo nunca he repetido, lo que pasa es que he cambiado de universidad y por estar de revolucionario he dejado al descuido mis estudios, espero culminarlo, soltando una carcajada.
- Indira le pregunta- ¿cual es tu apellido?
- De los cielos – responde Salvador.
Indira queda sorprendida con Salvador, él tenía el nombre del príncipe de sus cuentos de hadas; Indira se percata de la hora e inmediatamente corre y exclama- Dios mío ya es la hora de entrar a clases, salvador la sigue y le dice - espera Indira mañana nos vemos en el jardín que esta cerca de la cancha de fútbol, Indira sube rápidamente las escaleras de su facultad dirigiéndose al salón de clases y a su vez, le responde a salvador – si, allí estaré a la misma hora.
Al medio día siguiente Indira y Salvador se encontraron en el sitio pactado, es un jardín muy hermoso, no lo había notado desde cerca, valla que si hay flores acá y esa fuente es realmente muy representativa pareciera Griega, por la forma y el rostro, que crees tú Salvador.
- Lo malo es que la fuente está seca, ya casi lleva así desde hace dos años, apenas la repararon pero no creo que el Decano de la universidad quiera comprar el motor de la fuente- responde salvador.
- ¡Valla Salvador! sigo sin entender, ¿por que hacen una fuente de aspecto exquisito? sino se va a poder lucir ¡la gracia de las fuentes es la caída del agua! Las fuentes fueron creadas para honrar a las cascadas naturales y a su vez enaltecer la belleza dentro de los jardines o casas y representa lo excelso del buen gusto, la armonía y el arte- le comenta Indira a Salvador.
- Así es mi hermosa Indira, el problema es que hace mas de dos años nosotros los estudiantes rebeldes tomamos prestado esos motores para fabricar armas para la defensa de la revolución- le comenta Salvador abriendo más la curiosidad a Indira.
- Indira le responde a Salvador - y si ustedes los revolucionarios tomaron prestado esos motores para la defensa de su criterio ¿por qué no lo han repuesto?
- ¡Caramba Indira! Porque no hemos ganado, cuando seamos libre y el pueblo es el que decida, cuando tengamos libertad de expresión e igualdad y lleguemos a gobernar, entonces no veras ni una fuente sin motor, se acabara el hambre, todos tendrán viviendas, medicinas y estudios gratis, todos seremos felices para siempre.
- Indira le responde – ahora lo que falta es que me digas que tú crees en los cuentos de hadas.
En ese preciso momento Salvador ve fijamente a Indira toma de su mano y le dice tu eres mi princesa y este es el castillo mágico, Indira se sonroja y su respiración se agita de tanta emoción, salvador se acerca a su princesa y la besa, Indira le responde el beso y lo abraza fuertemente, pasaron las horas alrededor de tanta naturaleza, ya casi anochece cuando Indira se percata de la hora y grita- ¡Salvador De Los Cielos ya me tengo que ir! es tarde, entonces la princesa Indira sale corriendo dejando a su príncipe azul solo en su castillo mágico. Llegando a su casa Indira entra al cuarto se tira en la cama con una gran sonrisa de sueños, pensando en el beso dulce de su príncipe azul, no dejaba de repetir su nombre, Salvador De Los Cielos…….
La abuela y su madre no se percataban aún del enamoramiento de Indira con aquel muchacho que siempre la esperaba en su castillo encantado ¡claro! era muy normal verla siempre soñadora y distraída en las historias que leía, sobre todo en la actualidad, como ya saben, ella escogió estudiar letras; la vida para esa familia pasaba siempre normal, Gilberto su hermano mayor se la pasaba viajando y trabajando, un muchacho exitoso en su profesión, su madre ahora en casa acompañando los achaques de la abuelita; bueno Indira, muchacha soñadora que no descansaba en leer y estudiar cada historia y obras de las magnas literaturas de cada época, cada siglo; Indira como siempre llegaba temprano a la universidad, salía corriendo al medio día a ver su príncipe encantado, enamorados pasaban toda la tarde juntos esperaban hasta la anochecer para que la princesa Indira sintiera como la luna arropaba con su suave luz su pecoso rostro mientras que el príncipe la contemplaba amándola.
Un día la madre de Indira la ve algo cambiada - hija te veo como mas caderona y algo gordita, umm ¿tienes algo que contarme? en ese momento Indira gira su cuerpo y corre directo al baño, su abuelita preocupada le comenta a su hija - ¡ay hija creo que vas hacer abuela! La madre de Indira responde, Dios mío pero con quien si esa muchacha no tiene novio, caramba mamá hay que hablar con la muchacha.
- ¿tu estas embarazada hija? - le pregunta su madre.
- Mamá no estoy segura- responde en tono quebrantador a su madre.
- Mija ¿con quien estas saliendo? - le pregunta su abuelita.
- Abuelita con un muchacho de la universidad, se llama Salvador De Los Cielos, el estudia segundo año de ingeniería y todas las tardes nos vemos, me enamore abuelita.
Al día siguiente Indira visita al medico de la familia para que la examinaran, Indira estaba nerviosa y asustada, muy angustiada, su madre solo la observaba callada, no le decía nada; Indira pasa hija- le dice el doctor, a ver tu madre me dijo ayer de tus cambios biológicos, déjame chequearte; el doctor la examino y le dio la noticia a Indira, bueno Indira tienes un mes de embarazo, creo que tu debes darle la noticia a tu mama que esta afuera muy preocupada. Indira sale llorando y nerviosa, su madre la ve y le comenta, me vas hacer abuela hija, Indira le responde – si mamá. En silencio ambas regresan a casa, Indira entra a su cuarto junto a su hermano Gilberto que la estaba esperando para charlar, le cuenta todo a su querido hermano y él la abraza y le dice, Salvador ese muchacho es bien venido tráelo mañana para conocerlo.
Al día siguiente Indira va a la universidad, entra a clases un poco intranquila, las horas pasaban lenta, hasta que por fin suena el timbre y ella sale corriendo hacia aquel lugar, que Salvador le llego a llamar el castillo de los sueños, él estaba ahí, esperándola - ¡que paso mi princesa Indira que ayer no viniste! estaba muy preocupado, Salvador se percata que ella estaba muy angustiada y la tranquiliza, calma princesa Indira todo saldrá bien. Indira deja de llorar y le cuenta a Salvador que van hacer padres y su familia quieren conocerlo, Salvador al principio se asustó, la agarro de la mano y caminaron en silencio profundo por todo el jardín.
La princesa Indira y el príncipe Salvador se pasaron toda la tarde recogiendo flores para su castillo de los sueños, el príncipe no dejaba de mirar su belleza mientras que un vientecillo suave acariciaba el cabello rojizo de su princesa, ella lo ve y se ríe, él se acerca y le pregunta - ¿de que te ríes mi amada princesa?- ella le responde – de tu mirada, no dejas de verme, me cuidas hasta del viento que acaricia mi rostro, él la sigue mirando latoma de la mano y se arrodilla ante ella – perdonadme mi amada, tengo que partir.
-la princesa le responde- porqué ahora mi príncipe, no podéis dejadme sola en este estado.
-El príncipe le informa – tengo que partir en marcha, en busca de nuevos súbditos, nos tenemos que preparar para la liberación de nuevos pueblo, pueblos que tienen la esperanza en mí, tu príncipe aventurero que ha dejado la promesa a todos los pueblos de hacerlos libres y soberanos; mi amada, perdonadme pero entendedme.
El príncipe se aleja de los ojos de la princesa Indira y sin voltear a verla, corre con su caballo a cumplir sus nuevas aventuras, el caballero blanco se le acerca con su caballo Pegaso y la consuela, pasaron meses de la partida del príncipe pero la princesa Indira no dejaba de llorar por la partida de su amado, lamentos tras lamentos- ¡Ay! ¡Ayyy! ¡Ahhh!
- Puja Indira puja que ya viene – dice el doctor.
- Ya estas coronando Indira ¡respira y puja! – ordena el doctor
- ¡Aaaayyyy! ¡Uffff yyyy aayyy! – grita Indira y de repente deja de pujar, escucha el llanto chiquitito y constante de su bebe – ¿como está doctor? Mi bebe quiero verlo, dice Indira.
- el doctor le informa- Indira es un bebe totalmente sano, mide cincuenta y tres centímetros, peso tres kilos exactos.
Indira toma de brazos a su bebe y no deja de mirarlo, era hermoso, blanco como las nubes, sus ojos azules como el mismo cielo, cabello rizado y rojizo como los ángeles, su sonrisa calida como el crepúsculo del atardecer, su carita pecosa como tantas estrella tiene el cielo.
-Dios mío es hermoso dice su abuela orgullosa de su nieto.
-A ver, a ver – princesa se parece a ti cuando estabas chiquitita- comenta su hermano querido Gilberto.
-Mija déjame verlo de cerca, ya de lejos ni con un milagro – comenta su abuelita querida, es muy bonito,¿como se llama? - pregunta su abuelita.
-Se va a llamar Salvador de los Cielos, porque así es él, bello y encantador como el mismo cielo- responde Indira.
Ahora Indira estaba muy feliz y orgullosa de tener a su verdadero príncipe azul en sus brazos, Mientras que lo cuidaba y jugaba con él; el padre de su bebe, Salvador de los Cielos, emprendía nuevas aventuras; Claro esa ya es otra historia.
Autora: Norma Cecilia Acosta Manzanares.
Fecha: 23 de Septiembre del 2012.
Caracas- Venezuela.
Todas las imágenes fueron sacadas por las siguientes paginas:
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NOSTALGÍA



En la rivera de este paisaje me quedo
E intacta de su amor prefiero
dulces versos tus besos
Llenos de melodias los riachuelos
Haciendo senderos nuevos
Inmortalizandote en pensamientos
Dejando al tiempo, tiempo
Nuevas figuras en el peñalero,
Abriendo caminos nuevos
Reflejando gotas como luceros,
Ahora, lejanas melodias de momentos,
En profundo silencio bailan con mis recuerdos,
Vaga mi memoria en el exilio,
Faro sin luces, oscuros por el tiempo
Camina por estos senderos casi nuevos
Obligando el recuerdo en olvido,
Mas no puedo olvidar tus besos.......



Autor: norma cecilia acosta manzanares
Escrito en la fecha:22 de septiembre del 2012
Caracas- Venezuela. 

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