domingo, 28 de abril de 2024

LA ENTIDAD CUADRICULADA

 La Entidad Cuadriculada.

(Dedicado a aquellos valientes que se atreven a soñar y a bailar en el cruce de sombras y destellos luminosos)


La cuadrícula que camina,

Corazón en caparazón, vital y loco.

Mirada al lado, nunca hacia atrás.

Paso de cangrejo, ¿tristeza o arte?

Riendo sin mirar, avanzando sin parar.

En el camino de lo inesperado, te encuentras,

En cada esquina, un nuevo destino oculto.

Tus huellas, un mapa de historias sin contar.

Entre líneas y espacios, tu esencia se despliega,

Bajo la luna, un baile de sombras y luz.

¿Quién dice que no se puede soñar,

En un mundo de ángulos y rectitud?

Eres poesía en movimiento, sin final definido,

Un explorador de la vida, en un mar de lo rígido.


Autor: Norma Cecilia Acosta Manzanares 


La poesía de la vida en cuadrícula:  análisis del equilibrio entre restricción y libertad.

En un mundo dominado por líneas rectas y ángulos precisos, surge una figura solitaria que desafía esta rigidez, moviéndose con una suavidad que contrasta con el entorno estructurado. Este personaje, que se convierte en el foco central de nuestro estudio, encarna la búsqueda incansable del equilibrio entre la libertad y la restricción. Mediante el análisis del poema "La entidad cuadriculada", nos embarcamos en un viaje introspectivo que nos revela cómo, incluso dentro de los confines más estrictos, se encuentran espacios donde la poesía de la vida se filtra, transformando cada acción en un desafío al statu quo y en una expresión artística.

Exploración profunda de la vida enmarcada:

La experiencia de vivir dentro de límites claramente delineados es algo que compartimos universalmente. Cada verso del poema nos invita a examinar de cerca nuestra existencia regimentada, donde las rutinas y las responsabilidades frecuentemente nos someten a patrones repetitivos. No obstante, es precisamente en la vida cotidiana donde hallamos esos instantes singulares que nos motivan a trascender nuestras barreras, a descubrir la belleza en lo mundano y a reinventarnos sin parar.

Metáforas profundas de libertad bajo restricción:

El "corazón en caparazón, vital y audaz", emerge como una metáfora potente de la manera en que, aún sujetos a limitaciones, el espíritu humano halla formas de manifestarse con libertad. Cada línea del poema actúa como un recordatorio de que la esencia verdadera del ser humano radica en su habilidad para soñar y crear, a pesar de cualquier entorno restrictivo que lo circunde. Así, la libertad se transforma en un estado intrínseco del alma, más allá de cualquier circunstancia material.

Arte frente a tristeza: un análisis detallado:

El debate sobre si el "paso de cangrejo" simboliza tristeza o, al contrario, representa una forma de expresión artística, introduce una reflexión sobre la naturaleza dual de los movimientos retrógrados como metáforas de vida. Este análisis nos anima a mirar más allá de lo aparente, a encontrar arte en los rincones más insospechados de la existencia.

Soñar en un mundo construido en ángulos:

Soñar dentro de un mundo que parece renegar de la libertad del pensamiento curvo es, en esencia, un acto de rebeldía. El poema ensalza esta resistencia, enfatizando cómo la imaginación ofrece un campo sin fronteras donde los sueños desafían las restricciones angulares y las personas tienen el poder de remodelar su realidad momento a momento.

La poética del movimiento y la exploración:

La trama del poema destaca una lírica del movimiento, presentando cada avance como un verso en la gran composición de la vida. La exploración se erige como sinónimo de existencia, con el movimiento probando nuestra determinación por avanzar, por descubrir y por desentrañar, convirtiendo lo cotidiano en una odisea personal repleta de significado.

El danzar de sombras y luces bajo el resplandor lunar:

Al caer la noche y bajo la luz cambiante de la luna, cada sombra y cada destello de luz narran su propia historia, susurrando infinitas posibilidades. El poema culmina con esta imagen casi mística, recordándonos que, más allá de las estructuras impuestas, aguarda un universo de matices listo para ser descubierto por aquellos valientes que se atreven a soñar y a bailar en el cruce de sombras y destellos luminosos.

Conclusión.

En el punto donde se cruzan la estructura y el deseo ardiente de libertad, el poema "La entidad cuadriculada" nos exhorta a reflexionar sobre nuestra existencia limitada. Con cada verso, se celebra la impresionante habilidad del ser humano para hallar libertad dentro de la restricción, arte en medio de la penumbra y belleza en la rigurosa realidad estructurada. Este análisis profundo demuestra que, al fin y al cabo, somos poesía en constante movimiento, siempre en proceso de redibujar los límites de nuestra realidad cuadriculada.


miércoles, 24 de abril de 2024

EL SUSURRO DE UN SUEÑO

 
Este relato captura de manera exquisita la transición de Alma de una existencia sumida en grises a una vida iluminada por la esperanza, todo a través del delicado lenguaje del arte. La manera en que la esperanza, inicialmente tan frágil como un susurro, irrumpe y transforma tanto su arte como su percepción del mundo, es profundamente conmovedora. Se nos presenta un viaje que trasciende el lienzo, demostrando que el verdadero color surge no sólo de la paleta del artista, sino también de la renovación interna.

La idea de que la vida de Alma se convierte en su obra maestra más significativa es un recordatorio potente de que, a menudo, nuestras mayores creaciones no son las que fabricamos con nuestras manos, sino aquellas que moldeamos con nuestras experiencias, nuestros sueños y, sobre todo, nuestra esperanza. Este relato no solo nos invita a reflexionar sobre la transformación personal de Alma, sino también a considerar cómo los susurros de esperanza en nuestras propias vidas pueden dar lugar a un amanecer lleno de color, incluso en los momentos más grises.



El Susurro De Un Sueño

Autor: Norma Cecilia Acosta Manzanares.

Caracas- Venezuela.



En el umbral entre la realidad y los sueños, en un lugar donde el cielo permanecía perpetuamente teñido de un gris intangible y las estaciones se perdían en un eterno crepúsculo, vivía Alma. Una pintora cuyas manos, ni blancas ni negras, se movían con la delicadeza de la brisa, capturando suspiros en cada pincelada. Su mundo, desprovisto de los claros bozos del día y las oscuras siluetas de la noche, se suspendía en un tiempo sin tiempo, un espacio donde los sonidos de la vida y el silencio de la existencia se fundían en una sinfonía sin notas.


Alma había encontrado su hogar entre árboles de hollín madera, cuyos troncos marcados por la eternidad reposaban en el silencio de los recuerdos, acunando aves cuyos cantos se perdían en el umbral de la vida y la muerte. Su arte, lejos de ser una búsqueda de color, era un intento de dar voz a ese silencio, de retratar no solo lo que sus ojos veían, sino también lo que su corazón sentía ante la indescriptible belleza de un mundo sin gritos ni murmullos.


Un día, mientras sus dedos daban vida a un nuevo lienzo, su pincel se detuvo. La tranquilidad de su entorno se rompió con la llegada de un susurro, una vibración casi imperceptible que se filtró a través de la quietud del aire, provocando que el cuerpo de Alma se estremeciera. Era la esperanza, un sentimiento que ella pensaba que había desaparecido, disuelto en el gris de su mundo. Pero allí estaba, susurrante y frágil, amenazando con partirse como una rama cargada de nieve.


Con aves casi muertas como testigos, Alma tomó una decisión. En vez de permitir que la esperanza se quebrara, la integraría en su arte, en su ser. Sus lienzos ya no serían solo reflejos de un mundo en reposo, sino también lienzos de lo que podría ser. Cada pincelada se convertiría en un acto de fe, un desafío al gris que teñía su mundo, una declaración de que incluso en el silencio más profundo, la vida podía florecer.


Así, con lienzos que comenzaron a hablar de un mañana, de un despertar, Alma dio vida a la esperanza. Las aves, reanimadas por su resolución, extendieron sus alas hacia cielos que empezaron a despejar, dejando entrever, por primera vez, destellos de luz entre las nubes. El mundo de Alma, una vez dominado por un eterno crepúsculo, gradualmente despertó a la promesa de un amanecer.


En su santuario rodeado de árboles de hollín madera, Alma descubrió que incluso un cuerpo marcado por la desesperanza puede renacer en la belleza de un sueño. Y aunque su mundo seguía siendo un lienzo de grises, en su corazón y en su arte, la esperanza brillaba con los colores de un arcoíris aún no visto, pero profundamente sentido. Ese fue el momento en que Alma comprendió que su verdadera obra maestra no era ninguna de sus pinturas, sino su propia vida, transformada.

¿QUÉ NO SE HA DICHO? ©

 ¿QUÉ NO SE HA DICHO? © Todos los derechos reservados Autora: Norma Cecilia Acosta Manzanares País: Venezuela Tema: Día Internacional contra...